03 junio 2024

ISLA DE PASCUA - AHU AKIVI


AHU AKIVI - ISLA DE PASCUA






AHU AKIVI


Este enigmático ahu que recibe el apodo de “7 moai” se encuentra al noroeste de Hanga Roa, cerca de la red subterránea Te Pahu. Sus siete moai miran hacia el lejano océano (a diferencia del resto de las estatuas, que siempre miran hacia el interior de la isla para proteger con su mana a los clanes). Nadie conoce con certeza el rol exacto que tuvo este lugar ceremonial, aunque se cree que este lugar era de utilidad para los astrónomos pascuenses. Los moai están alineados de espaldas al sol levante, orientados según la línea solar del equinoccio. Un minúsculo ahu los observa desde el otro lado de la planicie. Data del 1500 d. C. Es el primer Ahu restaurado científicamente en la Isla el año 1960 por William Mulloy y Gonzalo Figueroa. La Plataforma con 7 moai se enfrenta al sol naciente equinoccial. Según el folklore reciente representaría a los 7 jóvenes exploradores enviados antes del arribo de Hotu Matua 'a para reconocer la Isla por el espíritu de Haumaka desde Hiva.

Ahu Akivi - Ahu o altar con 7 estatuas con sus miradas orientadas hacia la caída del sol (mar). Son los únicos moais que miran hacia la costa.

Ubicado en las laderas del Volcán Maunga Tereveka, esta plataforma estuvo conformada por siete moais, todos enviados por el rey Hotu Matu’a. La particularidad de este ahu es que las estatuas están mirando en dirección al mar; algo extraño si se considera que el resto de los moais miran hacia las aldeas para proteger a los habitantes.

 Ahu Akivi, alineado en dirección este-oeste, está ubicado en el flanco de la ladera sur de Maunga Terevaka en Rapauni y está rodeado de tierras agrícolas bastante planas. Está a 2.3 kilómetros tierra adentro en la zona no costera y se encuentra a una altura de 140 metros. Ahu Vai Teka está a una distancia de 706.8 metros de Ahu Kavi, que se considera parte del complejo Ahu Akivi-Ahu Kavi.


Pukao con el color característico de la piedra roja del volcán Puna Pau.
Desde Hanga Roa, un camino interior conduce al sitio a través del cono volcánico de Terevaka —510 metros de nivel máximo—. La carretera de la costa es a través de playa Anakena. En este camino hay muchas estatuas de moi que se encuentran dispersas y sin restaurar. Hay caminos que se ramifican hacia Puna Pau, que es una cantera de cráter de bajo volcán con rocas de color rojo conocida como escoria volcánica, que se ha utilizado para tallar setenta de los «sombrero de copa» de las estatuas conocidas como pukao, que podría ser un nudo cilíndrico superior de pelo o sombrero de hierba o turbante. Más adelante, se llega al sitio de Ahu Akivi.4​ El sitio está ubicado al noreste de Hanga Roa, la ciudad capital de la Isla de Pascua, a unos 10 kilómetros al norte.

La cantera de Rano Raraku desde donde se hicieron las estatuas se encuentra a por lo menos 15 kilómetros de distancia y el acceso libre es a través de la ruta terrestre que los clanes mantienen.

 Ahu Akivi es parte del complejo Ahu Akivi-Vai Teka que fue construido por el pueblo Rapa Nui en dos fases. En la primera fase, durante el siglo xvi se creó una plataforma rectangular central sobre una superficie nivelada. Tenía alas que se proyectaban hacia el norte y hacia el sur. Una rampa de acceso también formaba parte de esta plataforma que conducía a la plaza ceremonial que se extendía 25 metros hacia el oeste de la plataforma central. Detrás de la plataforma central existía una zona de cremación. La segunda fase de la construcción se planificó e implementó en los primeros años del siglo xvii, cuando se modificó la plataforma, se creó una rampa y se erigieron siete estatuas de igual tamaño. También se construyó otro crematorio. Una cueva en la que la gente solía residir también fue utilizada como tumba en tiempos históricos.3​

El otro ahu en el complejo es el Ahu Vai Teka, que es una plataforma mucho más pequeña de 16 metros formada por bloques de piedra de lava. Ahora no hay una estatua, aunque se cree que una existió inicialmente. Se creía que ambos ahus estaban alineados astronómicamente con respecto al sol. Ambos están ubicados en el territorio de los Miru, el clan de mayor rango y la confederación occidental, y ambos eran contemporáneos. También se conjetura que las siete estatuas se colocaron en Ahu Akivi al menos 150 años antes de que los primeros europeos encontraran la isla cuando el clan funcionaba en ese momento. También es evidente que su cultura existió durante 250 a 300 años con prosperidad económica y estabilidad política.


William Mulloy con un moái para ser restaurado en Ahu Akivi.
En 1955, Thor Heyerdahl reclutó al arqueólogo estadounidense William Mulloy y su asociado chileno, Gonzalo Figueroa García-Huidobro, quien restauró las estatuas a su posición original; los encontraron en condición derribada en 1960.​ El trabajo de Mulloy en el Complejo Akivi-Vaiteka fue apoyado por el Programa Fulbright y por subvenciones de la Universidad de Wyoming, la Universidad de Chile y el World Monuments Fund. Ahu Akivi también da su nombre a una de las siete regiones del Parque nacional Rapa Nui





Leyenda
Las estatuas de la isla siempre miraban al pueblo como un mana protector, pero en el caso de las estatuas de Ahu Akivi miraban hacia el mar. Hay una leyenda narrada para este posicionamiento de las siete estatuas. Se conjetura que el pueblo Rapanui lo hizo para propiciar que el mar ayudara a los navegantes. Sin embargo, según una tradición oral, el sacerdote de Hotu Matu tuvo un sueño en el que el alma del rey volaba a través del océano cuando la isla Rapa Nui era vista por él. Luego envió exploradores navegando a través del mar para localizar la isla y encontrar gente que se estableciera allí. Siete de estos exploradores se quedaron en la isla esperando la llegada del rey. Estos siete personajes están representados por las siete estatuas de piedra erigidas en su honor




















AHU AKIVI - ISLA DE PASCUA

06 mayo 2024

SAN ANTONIO DE ARECO-ARGENTINA

SAN ANTONIO DE ARECO 





SAN ANTONIO DE ARECO 

San Antonio de Areco es una pequeña y pintoresca ciudad ubicada en la provincia de Buenos Aires, Argentina, que se ha ganado una merecida fama por su profundo vínculo con las tradiciones rurales argentinas, especialmente las relacionadas con la cultura del gaucho y el campo. Esta localidad se presenta como un destino turístico que transporta a los visitantes a tiempos pasados, donde las costumbres de la vida rural siguen vivas y son parte del día a día.

Historia y cultura

San Antonio de Areco fue fundada en 1730 y es considerada la cuna de la tradición gaucha. Su historia está fuertemente ligada a la actividad ganadera y a la vida de los gauchos, quienes formaban la columna vertebral de la economía y la cultura rural del país. La ciudad conserva un aire colonial, con calles empedradas, casas de estilo clásico y muchas edificaciones que mantienen esa esencia histórica.

Uno de los eventos más representativos de la ciudad es la Fiesta de la Tradición, celebrada cada noviembre, que rinde homenaje a la figura del gaucho y a las costumbres del campo argentino. Durante esta fiesta, se realizan desfiles, concursos de jineteada, espectáculos folklóricos, danzas y música, lo que permite a los visitantes sumergirse en la cultura gaucha de forma única.

Atractivos turísticos

 1. El Museo de la Estancia "La Bamba": Es una de las estancias históricas más emblemáticas de la región y uno de los pocos lugares donde se puede conocer la historia de la ganadería y la vida rural. Este museo ofrece una mirada sobre cómo era la vida de los gauchos en tiempos antiguos.

  

2. El Museo de la Platería: San Antonio de Areco es también conocida por su platería artesanal. Aquí, los orfebres de la región continúan produciendo piezas de plata que siguen el legado de los antiguos artesanos gauchos. El Museo Draghi es uno de los principales espacios dedicados a esta tradición, mostrando la riqueza del arte en plata que se cultiva en la ciudad.

3. El Parque Criollo y Museo Gauchesco "Ricardo Güiraldes": Este es un lugar fascinante donde los visitantes pueden conocer de cerca la historia de los gauchos, y la vida en las estancias a través de una extensa colección de objetos, fotografías y documentos históricos. También es sede de varias actividades relacionadas con la cultura gaucha, como las demostraciones de destrezas ecuestres.

 4. Las estancias y caballerizas: Una de las formas más tradicionales de disfrutar de San Antonio de Areco es visitando las estancias rurales, donde los turistas pueden experimentar una jornada típica gaucha, participar en actividades como el trabajo con caballos, o simplemente disfrutar de una excelente comida campestre.


El arte de la platería y la orfebrería

San Antonio de Areco es un centro importante de la platería tradicional argentina. Los orfebres de la zona han perfeccionado esta técnica durante generaciones, y las piezas elaboradas incluyen desde objetos de uso diario hasta artículos decorativos de gran valor artístico. Algunos de los orfebres más conocidos de la ciudad continúan trabajando en sus talleres, y muchos turistas aprovechan para adquirir p…

 San Antonio de Areco es un lugar donde la tradición y la historia del campo argentino se mantienen vivas. Desde su arquitectura, sus costumbres y festividades, hasta la platería artesanal, cada rincón de la ciudad ofrece una conexión profunda con la cultura gaucha. Es un destino turístico ideal para quienes buscan sumergirse en la esencia de la Argentina rural y disfrutar de una experiencia auténtica en el corazón de la pampa.


San Antonio de Areco es una ciudad, cabecera del partido homónimo de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Se encuentra a 113 km de la Ciudad de Buenos Aires. Es conocida como "Cuna de la Tradición", fue declarada "Capital Nacional de la Tradición" el 29 de enero de 2015 por la ley nacional 27105.

Fundada el 23 de octubre de 1730, es considerada como una de las ciudades más antiguas de la provincia.
Geografía
Población: cuenta con 26 671 habitantes (Indec, 2022), frente a los 23 114 habitantes (Indec, 2010) del censo anterior.
San Antonio de Areco se halla ubicado al noroeste de Buenos Aires. Tipo de clima templado pampeano, con la consecuencia suelo cubierto de gramíneas durante todo el año.

Limita al sur con el partido de San A. de Giles, al este con Exaltación de la Cruz y Zárate, al norte con Baradero y al oeste con Capitán Sarmiento y Carmen de Areco, límites establecidos según la ley del 24 de octubre de 1864, en la presidencia de Mitre y gobernación de Saavedra.
La región pampeana se halla asentada sobre uno de los macizos más antiguos el de “Brasilia”. Aquí su base está oculta bajo los sedimentos terrestres acumulados después de producirse los hundimientos que la originaron. La acumulación de material, eólico, fue intensa sepultando las rocas de Brasilia. Los mantos que las cubren varían de espesor desde pocos centenares de metros hasta una profundidad de 5 km.
La pampa ocupa la franja comprendida entre la ribera derecha del Paraná desde Santa Fe hasta la llamada Pampa Ondulada o Norteña zona muy excepcional, favorecida por el empalme de rutas fluviales y terrestres del interior con las de ultramar. Muy ricos campos en pastos, arboledas, suelo y caza.
San Antonio de Areco forma parte de esta pampa ondulada. Estudios del suelo de la misma determinaron que lleva este nombre por las lomadas separadas por valles amplios zigzagueado por una serie de caudales de aguas que vuelcan sus aguas al Paraná a través de bajos ribereños.
Bajos ribereños: área de bañados con frecuencia inundables por el efecto de la sudestada.



 Plaza Ruiz De Arellano

Es la plaza principal de San Antonio de Areco, frente al Edificio Municipal, la iglesia San Antonio de Padua y otros importantes edificios.
En el año 1750 Ruiz de Arellano, fundador del pueblo, donó parte de sus tierras a la iglesia y una de esas manzanas fue reservada para la plaza pública.
En la Plaza se encuentra un Monumento a Juan Hipólito Vieytes nacido en San Antonio de Areco, 6 de agosto de 1762 que fue un comerciante, militar y político argentino que tuvo un importante papel en la Revolución de Mayo de 1810.
































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DÍA DE CAMPO
La Estancia El Ombú de Areco es una excelente opción para disfrutar de un auténtico día de campo en Buenos Aires. En El Ombú podés pasar el día a pleno contacto con la naturaleza, las costumbres y comidas típicas del país. Esta opción es ideal para tomar un descanso, festejar un cumpleaños o hacer una fiesta de fin de año en un ambiente distinto, relajado y divertido!
Viva la experiencia de la historia y la cultura de las pampas argentinas en esta excursión guiada. Después de una cómoda recogida en el hotel, aprenda sobre la región con un guía local informativo, visite un museo y explore la historia del vaquero o gaucho argentino. A continuación, se dirigirá a una estancia para ir a montar a caballo, disfrutará un almuerzo de barbacoa como cortesía y apreciará la presentación folclórica y la demostración gaucha.Pase un día de exploración por las tradiciones y la cultura de la pampa argentina.Aprenda acerca de los famosos gauchos argentinos en un museo y en una estancia.Saboree una auténtica barbacoa, haga excursión a caballo, y disfrute de otras actividades.
Lee más sobre - Día de gaucho en la estancia El Ombú de Areco desde Buenos Aires



























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El Museo Draghi

El Museo exhibe una pequeña colección privada que muestra la evolución de los estilos de la Platería del siglo XIX hasta nuestros días, permitiendo reconstruir gran parte de la historia de este noble oficio.

 El Taller de Platería & Orfebrería Mariano Draghi es un espacio artesanal de gran renombre, ubicado en San Antonio de Areco, una ciudad conocida por su fuerte vinculación con las tradiciones gauchas y la cultura argentina. Este taller, dirigido por Mariano Draghi, se especializa en el trabajo artesanal en plata y en la creación de piezas únicas de orfebrería que han sido reconocidas tanto a nivel nacional como internacional.

Características y Actividades del Taller:

1. Especialización en Platería Artesanal:

   - El Taller Mariano Draghi se dedica a la creación de joyas, utensilios y objetos de decoración elaborados con plata de alta calidad, utilizando técnicas tradicionales de orfebrería.

   - Las piezas que se producen en este taller se distinguen por su finura, detalles elaborados y un diseño que mezcla lo clásico con lo moderno, reflejando la rica tradición artesanal argentina.

2. Piezas Únicas y Personalizadas:

   - En el taller, los clientes pueden adquirir piezas únicas y personalizadas, que van desde anillos, collares y pulseras hasta candelabros, platos y teteras. Cada creación es pensada y trabajada con esmero, haciendo que cada pieza sea irrepetible y cargada de significado.

 - Mariano Draghi, junto con su equipo, también realiza encargos especiales, donde se pueden diseñar y crear piezas según las necesidades y deseos de los clientes.

3. Proceso Artesanal:

   - El trabajo en el taller sigue métodos tradicionales que han sido perfeccionados a lo largo de los años. Desde el diseño inicial hasta el trabajo final, todo el proceso es manual, lo que permite que cada pieza tenga un toque personalizado y auténtico.

   - Los materiales utilizados son de la más alta calidad, y el trabajo meticuloso de grabado, moldeo y soldadura aseguran que cada creación no solo sea una obra de arte, sino también funcional y duradera.

4. Reconocimiento Nacional e Internacional:

   - El Taller Mariano Draghi ha logrado un prestigio considerable en el mundo de la orfebrería argentina. Las piezas elaboradas en este espacio han sido exhibidas en diversas ferias de arte y orfebrería, recibiendo el reconocimiento de expertos y coleccionistas.

   - Además de su éxito en el ámbito local, el taller ha ganado reconocimiento en otros países, donde la platería argentina es apreciada por su calidad y diseño.

5. Visitas al Taller:

 - El taller de Mariano Draghi es también un punto de encuentro para aquellos interesados en aprender sobre la orfebrería y la platería artesanal. El taller ofrece la posibilidad de hacer visitas guiadas, donde los turistas y los aficionados pueden observar el proceso de creación de las piezas y conocer las técnicas que se utilizan en este arte.

   - Durante las visitas, los visitantes pueden interactuar con los artesanos y aprender sobre los materiales y herramientas utilizadas en la creación de las piezas. Además, el taller organiza eventos donde los visitantes pueden observar las técnicas de trabajo en plata de manera más cercana.

6. Un Espacio para la Cultura Gaucha:

   - Al estar ubicado en San Antonio de Areco, uno de los principales centros de la cultura gaucha, el taller de Mariano Draghi también está influenciado por las tradiciones del campo argentino. Esto se refleja en muchas de sus creaciones, que a menudo incorporan elementos de la vida gaucha, la fauna local y la identidad argentina.

   - Muchas de las piezas diseñadas en el taller tienen detalles que evocan la vida rural y el simbolismo gaucho, lo que hace que estas piezas no solo sean hermosas, sino también una conexión tangible con el patrimonio cultural de Argentina.

Conclusión:

El Taller de Platería & Orfebrería Mariano Draghi es uno de los grandes exponentes de la orfebrería artesanal argentina. Con su dedicación a la plata y su enfoque en crear piezas únicas, ha logrado posicionarse como uno de los talleres más importantes del país. Además de su impresionante producción de piezas de arte, el taller se ha convertido en un punto de referencia para aquellos interesados en el arte de la platería y el diseño argentino. Visitar este taller no solo permite apreciar el arte de la orfebrería, sino también conocer la profunda conexión de la cultura gaucha con el trabajo en plata.




















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SAN ANTOINIO DE ARECO

LAS PULPERIAS, ALMACENES , BARES 

Los gauchos, ¿dónde se reúnen para tomar algo?

Pulperías, boliches, almacenes de ramos generales y bares son todos lugares anclados en las tradiciones de Argentina, pero que tienen orígenes y funciones muy distintas.

Al principio, la pulpería ...


La época de las primeras pulperías sigue siendo imprecisa, aunque los historiadores ubican la construcción del primero de estos establecimientos en el siglo XVI. Originalmente, era un local comercial típico de las diferentes regiones hispanoamericanas, desde América Central hasta el Cono Sur, que proporcionaba a los clientes de las clases sociales bajas y medias productos indispensables de la vida cotidiana. Alimentos, bebidas, medicinas, carbón, telas … Allí se hacía negocio, pero no solamente. Los habitantes también tenían la costumbre de reunirse en las pulperías para charlar, tomar una copa mirando peleas de gallos, jugar a los dados o naipes y enterarse de las novedades… Mesas y sillas estaban siempre disponibles para los habitantes, que disfrutaban de este lugar como un verdadero punto de encuentro.

El origen de la palabra pulpería sigue siendo impreciso, hoy nadie puede afirmar con exactitud cuál es la hipótesis correcta. Algunos dicen que deriva de pulpo porque en las primeras pulperías se solía servir este animal, especialmente pulpo a la gallega. Para otros, la razón es obvia: pulpa de fruta era vendida allí. Según otra teoría, la palabra proviene de una bebida mexicana, el pulque, un alcohol elaborado con hojas de maguey.

En Argentina, estos establecimientos fueron una expresión vibrante de la cultura local. En el caso de la región del Río de la Plata, siempre había una o dos guitarras, por lo que los gauchos podían tocar música y cantar. A menudo había bailes y payadas entre los parroquianos. Se estima que para 1810 había más de 500 pulperías en la provincia de Buenos Aires.


En 1820, el naturalista francés Auguste de Saint-Hilaire, describe las pulperías en estos términos: “Es allí donde los indios y los mestizos pasan la mitad de su vida, dejando el poco dinero que ganan”.

Charles Darwin, quien pasó dos meses en la región, escribió en 1832: “Un gran número de gauchos acude allí por la noche a beber licores espirituosos y a fumar. Su apariencia es chocante; son por lo general altos y guapos, pero tienen impreso en su rostro todos los signos de la altivez y del desenfreno… Tanto nos hacen un gracioso saludo como se hallan dispuestos a acuchillarnos si se presenta la ocasión”.

Hoy en día, las pulperías de antaño no se ven más en Argentina. Sin embargo, en algunos pueblos tradicionales como San Antonio de Areco, deseosos de preservar las tradiciones gauchescas, es posible descubrir lugares similares, decorados al estilo de estos antiguos edificios. Este es particularmente el caso de la Pulpería La Blanqueada, construida en el siglo XIX, y que hoy forma parte del Museo gauchesco Ricardo Güiraldes.

... luego el Almacén de Ramos Generales, el boliche y el bar.

A principios del siglo XX, el término pulpería cae en desuso en ciertas partes de América. En Argentina, las pulperías son reemplazadas poco a poco por establecimientos que tienen funciones más precisas: los almacenes de ramos generales y los boliches.

Los almacenes de ramos generales  (o despensas) cumplen entonces el papel de tienda de abarrotes vendiendo alimentos en todas sus formas, pero también de ferretería, talabartería, bazar, etc. En algunos casos, incluso hay maquinaria agrícola, materiales de construcción, ropa, armas, muebles, molinos de viento, tranqueras y otros artículos para actividades rurales y domésticas. Casi todos también ofrecen bebidas en el mostrador y algunos complementan sus artículos con anexos de carnicería y panadería.

Los boliches, por su parte, son establecimientos que han heredado la parte de entretenimiento de las pulperías: vamos allí para escuchar música y especialmente bailar. Incluso hoy en día, el término es ampliamente utilizado en Argentina. Sin embargo, el origen de la palabra es antiguo y se remonta a la época colonial. De hecho, en la época de los virreinatos españoles, no era raro ver canchas de bochas al costado de las pulperías. Como se apostaba dinero, el pulpero sabía que los clientes celebrarían sus victorias y gastarían sus ganancias en su casa. En este juego, se comienza lanzando una pequeña bocha que luego se toma como objetivo. El ganador es el que logra lanzar su bocha lo más cerca posible de la pequeña, llamado bochín o boliche. La expresión sudamericana “arrimar el bochín” finalmente se desvió hacia la acción de acercarse a una mujer con intenciones seductoras. ¡La discoteca local había nacido!

Finalmente, mucho más tarde, con el desarrollo de las zonas urbanas, llegaron los bares como los conocemos.

¿Dónde tomar una copa hoy en San Antonio de Areco?

En San Antonio de Areco, algunos bares y restaurantes todavía utilizan las denominaciones de antaño. Aquí está una lista de nuestros mejores lugares para comer y beber :

- Restaurante El Almacén de Ramos Generales (Zapiola 143)

- Bar San Martín (Moreno y Alvear)

- Boliche de Bessonart (Segundo Sombra y Zapiola)

- El Mitre (Mitre y Alsina)

- El Tokio (Mitre y Arellano)

- El Balthazar (Arellano y Mitre)

- Pulpería Lo de Tito (Matheu 411)

- La Pulpería de Areco (Bolivar 66)

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BOLICHE DE BESSONART

En la esquina de las calles Don Segundo Sombra y Zapiola levanta sus paredes descascaradas una casa de altos. Esta esquina tiene muchos años de construida. En el almacén de comestibles y bebidas, solían encontrarse los paisanos y la gente de campo que venían al pueblo para proveerse y hacer diligencias a la casa cerealista, la tienda, el médico, el banco. Allí «paraba» Don Segundo Ramírez, el gaucho que después fue personaje de la novela de Ricardo Güiraldes. Hoy en día continúa siendo lugar de encuentro y tiene una larga historia de personajes típicos de los pueblos de campo.

El Boliche de Bessonart, bar histórico de San Antonio de Areco

El Boliche de Bessonart tiene más de 200 años. De perfil inclinado como la Torre de Pisa - desde afuera puede verse la curvatura de la pared -, su revoque de época, su techo original y sus dos salones resisten el paso del tiempo.

Ginebra, caña, vino de damajuana o cerveza de litro. Como a principios de siglo, parroquianos y también turistas, llegan desde la mañana para clavarse un trago y seguir con el trajín diario, que puede ser campero y exigido, o el de ver pasar la vida frente a un mostrador o una mesa con amigos de siempre. Sólo unos pocos toman café.

El Boliche de Bessonart resiste con toda la escenografía intacta de paisanos acodados en la barra frente a estanterías de época con botellas prehistóricas y heladeras de madera ¡qué andan!

Según el horario llegan parroquianos o familias a comer la picada criolla con queso de campo, salame y jamón crudo, o las empanadas. El Fernet con Pepsi es distintivo, casi una marca registrada. Se sirve más de la mitad de la gaseosa de botella de vidrio en el vaso de trago largo y el resto de ésta se rellena con Fernet que tiene que ser Branca. Entonces se mezcla el líquido de la botella y se sirve un poco del cóctel. Y después otro. “Al final son casi dos vasos”, se ufana Augusto Bessonart, el dueño del lugar.

Por la tarde, los turistas toman mate cocido con pastelitos o alfajores de la chocolatería arequense La Olla de Cobre; los fines de semana por la noche llegan los jóvenes. Lugar de culto, nadie que pase por Areco puede dejar de conocer lo de Bessonart, donde Augusto y su hermana atienden con calidez y hospitalidad sincera. ¡En los días de desfile, los gauchos llegan a caballo para tomar una copa!



















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EL TOKIO

La esquina de Arellano y Mitre es una de las más emblemáticas y tradicionales de San Antonio de Areco.

A principios del siglo XX funcionó allí la tienda La Favorita, de Ángel Rafael Alonso, un comerciante español que desde muy chico se radicó en la Argentina y que fue Intendente municipal en 1928, lapso en que realizó trabajos de forestación en la costanera del Río Areco, desde el Puente Viejo hasta la calle Alsina, razón por la cual ese parque lleva su nombre a partir de 1948.

Ya en la década de 1920 la familia Arrondo abrió en ese lugar el Bar Tokio que mantuvo la puerta de ingreso principal por la ochava.

El  establecimiento fue cambiando de dueños hasta que en 1941 la sociedad comercial que conformaron Teófilo Domínguez, el padre de Tito el primer Intendente de la recuperación de la democracia, y Felipe Hernández, el abuelo materno de Emilio Barletti, reformó por completo la antigua casa y bajo el diseño del arquitecto Ernesto Pellicciotta le dieron un aspecto renovado y moderno al nuevo edificio del Bar Tokio.

El frente exterior ofrece todavía hoy un estilo arquitectónico colonial modernizado, con amplios ventanales que permiten observar el movimiento de la calle y tener una singular perspectiva de la Plaza Ruiz de Arellano.

En el salón interior, tal como lo hacían en  las grandes confiterías de la Capital Federal y de Rosario en aquel entonces, se instaló una gran heladera equipada para fabricar helados a la vista del público, una máquina para preparar café y una radio vitrola. También se reservó un espacio para reuniones familiares y fiestas separado del bar, donde cotidianamente se reunían muchos parroquianos, por cuatro grandes vitrinas. Además, durante mucho tiempo esa esquina fue la parada de colectivos de media y larga distancia.

Más tarde Felipe Hernández, que falleció en febrero de 1965, se hizo cargo del Hotel Mitre y Teófilo Domínguez se mudó al barrio de Once, donde funcionaba la antigua terminal de ómnibus, para seguir trabajando en el rubro gastronómico.

Con el paso de los años el Tokio fue cambiando de dueños y por allí pasaron, entre otros apellidos muy conocidos en el acervo popular, Blanco, Giampierto, Caríssimo y  la señora Lafonte, la madre del ex futbolística Gabriel Ojeda que en 1998 murió en un accidente de tránsito, hasta que la confitería cerró sus puertas por más de una década larga.

Finalmente, en los primeros años del siglo XXI, mediante una fuerte inversión económica, El Tokio volvió a abrir sus puertas y más allá de las reformas que se llevaron a cabo, sobre todo en el interior del edificio, se conservó casi con total fidelidad el frente construido en 1941. Inclusive, aportando un delicado y sutil detalle histórico que pocos conocen, se volvió a colocar una placa muy vieja, que originalmente se descubrió en junio de 1921 en el marco de un homenaje que la Municipalidad organizó para conmemorar el centenario del nacimiento de Bartolomé Mitre.

El Tokio, Historia y Sabores, sus cimientos reflejan la construcción de la época de los años 1700, arranca su camino comercial allá por el 1903.

Hasta el año 1980, el lugar se transformó en un motivo  de reunión de los Nativos y visitantes del Pueblo, sus delicias y  sus helados acompañaban el reencuentro.

En la Esquina del Tokio se encontraba la Parada del Único Colectivo, en San Antonio de Areco, motivo suficiente para la concurrencia de pasajeros.

Los domingos, luego de Misa, se transformaba la cuadra,  desde El Tokio hasta la esquina del Hotel Mitre, los presentes caminaban, de una esquina a la otra, en lo que se llamaba, La Petit, ya que era una distancia corta.

Luego de 29 años de permanecer cerrado, vuelve su reapertura en el año 2009.


















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Almacén de Ramos Generales


Almacén de Ramos Generales se encuentra instalado en una vieja casa construída en 1850, totalmente reciclada, de 150 años de antigüedad, que perteneció a José Venancio Castex y Ana Mercado.

Su decoración única, con objetos de tradición gaucha, antigüedades y un sutil toque europeo, crea un ambiente ideal para disfrutar de una comida con sus amigos o familiares.

De día, el sol entra plenamente por nuestras ventanas y nuestro pequeño patio colonial, haciéndonos disfrutar un almuerzo perfecto a pleno sol. De noche, una cuidada iluminación, crea ambientes cálidos en cada uno de los rincones. Escoja el suyo y disfrute con nosotros una velada inolvidable.

Sin lugar a dudas uno de los mejores sitios para comer en San Antonio de Areco, con una gran variedad de platos, y una muy buena atención y servicio sin duda es un lugar para volver.

Reservas solo telefonicamente al 2326-41-4786   Zapiola 143 (entre Lavalle y Sdo. Sombra) - San Antonio de Areco    info@ramosgeneralesareco.com.ar

Abierto todos los días de 12 a 16 hs. y de 20 a 24 hs
















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 El Balthazar 

Situado en el mismo centro  en la Plaza Ruiz De Arellano - San Antonio de Areco, es un bar que hay que tomarse un trago ambiente acogedor buen servicio, decoración rustica antigua y con muchos objetos de antaño, hay que visitarlo, si puedes

 El Balthazar es un destacado restaurante en San Antonio de Areco, un pintoresco pueblo en la provincia de Buenos Aires, conocido por su rica tradición gaucha. Este restaurante ha ganado popularidad por su gastronomía de calidad y su ambiente acogedor, siendo un punto de referencia para quienes visitan la localidad.

   - El Balthazar destaca por su decoración elegante y moderna, con un toque de sofisticación que se fusiona con el estilo tradicional de la región. El lugar cuenta con un ambiente cálido, ideal tanto para disfrutar de una comida en pareja, en familia o con amigos.
   - Su espacio interior es cómodo, con una atmósfera relajada y luminosa, mientras que su terraza ofrece una vista agradable, perfecta para disfrutar de la comida al aire libre.

   - El restaurante ofrece una variada carta de cocina gourmet con un enfoque en platos tradicionales argentinos pero con un toque contemporáneo.
   - El Balthazar es conocido por sus carnes de alta calidad, especialmente cortes de carne de vaca de la región. También ofrece platos innovadores que combinan sabores locales con ingredientes internacionales, lo que le da un giro moderno a la cocina argentina.
 El menú incluye una variedad de opciones como entrantes, pescados, pastas caseras y deliciosos postres caseros.

   - El restaurante tiene una excelente selección de vinos argentinos, que permite a los comensales acompañar su comida con una copa de vino de las mejores bodegas del país. También ofrece una variada carta de bebidas y cócteles.

   - El servicio en El Balthazar es altamente valorado por su atención al cliente. El personal es amable, profesional y está siempre dispuesto a hacer que la experiencia gastronómica sea lo más placentera posible.

   - Situado en el corazón de San Antonio de Areco, el restaurante es fácilmente accesible para quienes se encuentren en el centro del pueblo. Su ubicación lo convierte en un sitio ideal para disfrutar de una comida tranquila después de recorrer el pueblo y explorar su historia.

   El Balthazar es el lugar perfecto para aquellos que buscan una experiencia gastronómica única en San Antonio de Areco, combinando tradición con modernidad, y ofreciendo un menú que se adapta tanto a los gustos locales como a los internacionales.

 El Balthazar es una excelente opción para quienes buscan una experiencia gastronómica refinada en San Antonio de Areco. Con su enfoque en platos gourmet, una cuidada selección de vinos y un ambiente sofisticado pero accesible, es un lugar perfecto tanto para locales como para turistas que deseen disfrutar de la buena comida en un entorno agradable y acogedor. Sin duda, un restaurante recomendado para aquellos que visitan esta ciudad con tanta historia y tradición.

















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EL MITRE

 Bar Historico Restaurante
Ubicado en una esquina de la plaza Plaza Ruiz De Arellano, que es la plaza principal de San Antonio de Areco
🕑Miércoles a Domingos de 18:30 a 2 am
Bueno si estas en San Antonio de Areco no puedes dejar de perderte uno de sus históricos bares.
El Mitre es un histórico bar y restaurante ubicado en San Antonio de Areco, un pintoresco pueblo en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Este establecimiento, que tiene una larga tradición, es considerado un lugar emblemático tanto para los locales como para los turistas que visitan la zona.
1. Historia y Tradición:
   - Fundado en 1890, El Mitre es uno de los bares más antiguos de San Antonio de Areco. Su longevidad y su vinculación con la historia del pueblo lo convierten en un sitio de referencia para quienes desean conocer la tradición de la región.
   - Ha sido testigo de numerosos cambios en el pueblo a lo largo de los años, pero ha mantenido su esencia de ser un lugar de encuentro social y cultural.
2. Ambiente:
   - El bar mantiene una decoración clásica y rústica, con detalles que evocan la época de su fundación. Las paredes están adornadas con fotos antiguas, carteles de época y muebles tradicionales que nos transportan al pasado.
   - Su ambiente es acogedor, ideal para disfrutar de una comida o una bebida en un lugar con mucha historia.
3. Cultura Local:
 El Mitre es un punto de encuentro para los habitantes de San Antonio de Areco, así como para aquellos que visitan el lugar. Aquí se pueden escuchar relatos sobre la historia de la región, y se puede sentir el espíritu gaucho y la tradición de la cultura argentina.
   - A menudo, se realizan eventos y encuentros que celebran la cultura gaucha y las tradiciones locales.
4. Oferta Gastronómica:
   - El restaurante ofrece una variedad de platos típicos de la gastronomía argentina, especialmente aquellos que resaltan la carne de alta calidad. Como en muchos lugares de la región, las parrilladas y asados son el plato estrella.
   - También se pueden degustar otros platos tradicionales, como empanadas, pasteles y dulces típicos, en un menú que resalta la simplicidad y el sabor auténtico de la cocina argentina.

5. Ubicación:
   - Situado en pleno centro de San Antonio de Areco, El Mitre es un excelente lugar para hacer una pausa mientras se explora este encantador pueblo, famoso por su tradición gaucha y su conexión con la historia de la Argentina rural.

6. Servicio:
   - El personal de El Mitre es conocido por su hospitalidad y amabilidad, ofreciendo un servicio cálido y cercano que hace sentir a los comensales como en casa.

El Mitre es mucho más que un restaurante o bar, es una pieza fundamental de la historia de San Antonio de Areco. Su ambiente tradicional, su comida deliciosa y su conexión con la cultura local lo convierten en una parada obligatoria para quienes visitan el pueblo y quieren experimentar la auténtica tradición argentina. Si buscas disfrutar de un lugar lleno de historia y buen ambiente, El Mitre es el sitio perfecto.






























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LA OLLA DE COBRE

La Olla de Cobre en San Antonio de Areco es  una chocolatería que ha ganado reconocimiento en la ciudad y sus alrededores por su exquisita variedad de chocolates y dulces artesanales. Este lugar combina la tradición de la gastronomía argentina con la pasión por la elaboración de chocolates de alta calidad, ofreciendo una experiencia única tanto para los amantes de los dulces como para los turistas que buscan algo especial en su visita.

 - Dulces tradicionales como alfajores, que son una delicia de la repostería argentina, o chocolate caliente, ideal para los días fríos.
     - Además de los chocolates, también tienen mermeladas caseras y dulces regionales, que permiten a los visitantes llevarse un pedazo de la cultura local a casa.

Elaboración Artesanal:
   - La Olla de Cobre se enorgullece de la elaboración artesanal de sus productos, utilizando técnicas tradicionales que aseguran un sabor auténtico y una calidad superior. Sus chocolates son elaborados con cacao seleccionado y sin conservantes, lo que les da un sabor único y delicioso.

 Ubicación y Experiencia:
   - Situada en el corazón de San Antonio de Areco, esta chocolatería es el lugar perfecto para disfrutar de un descanso después de recorrer las pintorescas calles de la ciudad, famosas por su patrimonio gaucho. Además, el entorno natural que rodea la ciudad hace que la experiencia sea aún más especial, ya que el visitante puede disfrutar de un delicioso chocolate acompañado de una vista relajante.

Recomendaciones:
- La chocolatería La Olla de Cobre es un excelente lugar para probar y llevarte recuerdos de la región, ya sea como souvenir o para disfrutar en casa. Sus bombones, alfajores, y chocolate caliente son altamente recomendados, y la amabilidad del personal contribuye a hacer la visita aún más agradable.






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ALMACEN "LOS PRINCIPIOS" 

SAN ANTONIO DE ARECO-ARGENTINA






Fundado en 1918, el ALMACÉN Y BAR mas antiguo de la localidad de San Antonio de Areco (Prov. Buenos Aires, Argentina)


ALMACEN "LOS PRINCIPIOS" SAN ANTONIO DE ARECO-ARGENTINA

Almacén Los Principios San Antonio de Areco pulperia almacen historico

ALMACEN "LOS PRINCIPIOS" SAN ANTONIO DE ARECO-ARGENTINA 
Entrar en el "Almacén Los Principios" en San Antonio de Areco es como hacer un viaje al pasado, un regreso a las raíces más profundas de las tradiciones argentinas. Este emblemático almacén, situado en San Antonio de Areco, uno de los pueblos más representativos de la provincia de Buenos Aires y cuna de la tradición gaucha, te transporta a una época en la que los valores, las costumbres y la vida cotidiana de los habitantes del campo argentino se mantenían intactos. Desde el momento en que cruzas su puerta, te encuentras rodeado de historia, autenticidad y un encanto que parece haberse detenido en el tiempo.

Un Alma Tradicional en el Corazón de Areco

El Almacén Los Principios es mucho más que un simple comercio; es una institución cultural en San Antonio de Areco. Fundado hace más de un siglo, este almacén de campo ha sido testigo de generaciones de familias, de cambios en la sociedad y de la evolución de un pueblo que se mantiene fiel a sus raíces. En su interior, se respira la autenticidad de un lugar que guarda celosamente las tradiciones más ancestrales de la región.
 Al ingresar, es como si el tiempo se hubiera detenido. Las estanterías de madera, los productos a granel, las botellas de vidrio y los embutidos caseros te reciben con una mezcla de nostalgia y calidez. La decoración, con sus objetos antiguos y el mobiliario de época, conserva el espíritu de un lugar que ha sido testigo de muchas historias, conversaciones y encuentros a lo largo de los años.

La Tradición Gaucha en Cada Rincón

San Antonio de Areco, como pocos lugares en Argentina, es el corazón de la tradición gaucha. Y el Almacén Los Principios refleja esta identidad de manera única. En sus paredes se pueden encontrar objetos que evocan la vida de los gauchos, como sillas de montar, rebenques y sombreros de cuero, además de los artesanías típicas de la región. Los productos que se venden en el almacén no solo son locales, sino también artesanales, hechos con el mismo amor y dedicación que los gauchos de antaño ponían en su trabajo.
 La sazón de la región se encuentra en cada rincón de este almacén, desde las dulce de leche caseros hasta los alfajores que parecen salidos de una receta antigua. Los productos gourmet de la región, como los quesos y embutidos artesanales, son una muestra más de la rica tradición gastronómica de San Antonio de Areco, que mantiene vivas las costumbres de la vida rural.

Una Experiencia Sensorial Completa

Visitar el Almacén Los Principios no solo es un recorrido visual; es una verdadera experiencia sensorial. El aroma a pan casero y a yerba mate te invita a quedarte, a disfrutar de un momento de tranquilidad y de conexión con las raíces argentinas. La amabilidad de los dueños y empleados, que mantienen el espíritu del lugar vivo, te hace sentir como si estuvi…
Almacén Los Principios es un lugar donde la historia de San Antonio de Areco y la cultura de los gauchos se entrelazan con la vida cotidiana. Este almacén no solo es un comercio, sino un museo vivo que conserva la esencia de una época y un estilo de vida que sigue siendo parte fundamental de la identidad de la región. Es un refugio donde los turistas, como yo, pueden sumergirse en la autenticidad de la Argentina rural.

Visitarlo es conocer más de cerca el alma de la pampa y de los gauchos, aquellos que han forjado la historia de este país con su trabajo, su coraje y su amor por la tierra. El Almacén Los Principios es, sin duda, un testimonio viviente de esa tradición, y un lugar que, al visitarlo, nos recuerda la importancia de preservar las raíces y las costumbres que definen a un pueblo.

Conclusión
Entrar en el Almacén Los Principios de San Antonio de Areco es, sin lugar a dudas, un viaje al pasado. Un viaje que nos permite conocer y sentir las tradiciones más auténticas de Argentina, especialmente aquellas relacionadas con la vida gaucha y rural. Este rincón lleno de historia y cultura es un refugio para quienes buscan experimentar la esencia más pura de la región pampeana y disfrutar de una experiencia única que conecta a todos con la riqueza cultural de uno de los pueblos más antiguos y emblemáticos de Argentina. Sin duda, una parada imprescindible para aquellos que desean descubrir la verdadera alma de la pampa.

En 1918, los hermanos Fernández, Antonio y Francisco abren el Almacén de Ramos Generales “Los Principios” en la esquina de Arellano y Mitre (actualmente la Cooperativa Agropecuaria). En 1922 se muda el almacén a su actual ubicación en la esquina Moreno y Mitre. Esquina que recibía a la gente del campo que entraba por el “Puente Viejo” o el “Puente del Medio”. Su nombre tiene que ver con la herencia familiar que consistía en una formación ética-moral. Distintas personalidades de Areco fueron clientes, entre ellos Don Segundo Sombra. Pese a que el movimiento comercial de la esquina se modificó sustancialmente, es mérito de Don Beco Fernández, propietario actual del almacén, haber podido mantener el espíritu . Este clásico lugar es casi una maquina del tiempo y ya su vista desde afuera con una casona de estilo colonial y ladrillos antiguos a la vista ilustran lo que fueron esas épocas de paisanos y gauchos. El almacen aún hoy conserva las mismas intalaciones, decoraciones y paredes que tenia en le época en la que fue inaugurado en 1922. El lugar puede visitarse sin compromiso de compra, y sus infinitas fotos son conocidas en todos lados, ya que es como una capsula del tiempo, aunque nunca esta de más llevarse alguna bebida para los paseos que quedan por hacer en esta pintoresca ciudad.
Se encuentra a muy pocas cuadras de la plaza principal de San Antonio de Areco.
Este almacén se fundó en 1918, pero en esa época estaba en otro local, para luego mudarse en 1922.
 Su dueño y descendiente del fundador es don Antonio Fernández Izaguirre.




























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Almacén Los Principios: testimonios del Areco de ayer  
 
Por Gato Mendez

En la esquina de las calles Mitre y Moreno, en la cima de la subida del Hospital Zerboni, el almacén más viejo de Areco muestra su estampa de ladrillos al aire y su fachada de estilo colonial. No es este cualquier otro bar. Aunque desde hace ya un año que sus puertas no abren al público, "Los Principios", instalado allí desde 1922, conforma una especie de museo viviente que hasta hace poco tiempo guardaba intacta las costumbres de la verdadera vida de campo, de la época de las calles de tierra y de los repartos a caballo.

Entrar a este almacén equivalía a ingresar a una máquina del tiempo y viajar a los comienzos del siglo pasado: el piso, el mostrador, las enormes estanterías y las paredes eran originales; no intentaban respetar un estilo antiguo, no incluían imitaciones de un tiempo pasado. Eran reales y permitían hacer una lectura de nuestras raíces. La mística se apoderaba del cliente o del visitante en el mismo momento en que atravesaba alguna de sus puertas de madera.

En el interior de este viejo almacén, Américo Antonio -Beco- Fernández, aguardaba silenciosamente en la esquina del mostrador mientras anotaba con lapicera algunas de sus últimas ventas en el libro de caja, similar a los cuadernos utilizados por su padre en el inicio del negocio. Metódico, paciente y respetuoso, Fernández fue el responsable de que Los Principios siguiera siendo una reliquia en donde comprar una sopa, una palangana o tomar un buen fernet pediátrico. “El sector del bar y el almacén siempre convivieron armoniosamente”, aclaraba.

¿Cuándo empieza la historia del almacén “Los Principios”?
Este lugar comenzó a funcionar en 1922. Antes estaba en la esquina donde hoy se encuentra la Cooperativa, en Arellano y Mitre. En aquel entonces, mi papÁ con uno de sus hermanos pusieron un negocio, en 1918, al que llamaron “Los Principios”. Cuatro años más tarde se mudaron a este lugar, alquilaron la propiedad durante un año y en 1923, dejaron de arrendar y compraron.

¿Cuál era la función del negocio originalmente?
Se vendía de todo, en un almacén de ramos generales, en aquel entonces, se vendía de todo: alpargatas, alambre, soga. Y también se despachaban bebidas alcohólicas.

¿A qué se debe el nombre “Los Principios”?
El nombre hace referencia a los principios morales. Lo tiene desde 1918. Parece que ahora los principios no cotizan mucho en el mercado de valores, han dejado de importar. Pero yo sigo creyendo que los principios ennoblecen los actos de los hombres.

¿Y cómo era la vida en este pueblo cuando comenzó el almacén?
Las calles eran de tierra, había postes para dejar los caballos atados afuera. Desde esta esquina hacías dos cuadras y se terminaba el pueblo. Era todo campo después. En aquel entonces la gente compraba todo en almacenes. Había otros además de este, algunos de ellos más grandes. Tenían corralón y vendían postes, varillas, alambres, cal, cemento. Eran los grandes “shopping” de aquel entonces, se vendía desde un arado hasta una hojita de afeitar. Existían varios de esos negocios muy importantes, después, poco a poco fueron cerrando todos. Este se mantiene hasta el día de hoy.

Una foto que yacía sobre la estantería del almacén lograba robarse la atención de los clientes que pasaban por allí su mirada distraída. En la imagen se lo veía a Segundo Sombra junto a otros parroquiales en el patio del local de Fernández, en una de las tantas tardes que el protagonista del libro de Ricardo Güiraldes pasó en el interior del negocio, tomando unas copas entre otros paisanos. Segundo Sombra era habitué de Los Principios.

¿Tiene idea como era este personaje?
Yo no lo conocí, cuando el murió en 1936. Yo tenía apenas 3 años. Lo que sé, lo sé por referencia de mi padre. El venía siempre desde el puesto La Lechuza.

¿Qué le ha contado su padre? ¿Cómo era Sombra?
Era un hombre simple, común, había muchos más criollos que él, por el diablo. Para mí, lo que le impactó a Güiraldes fue la estampa del tipo. Dicen los que leyeron el libro y lo conocieron a él personalmente que lo que está escrito en la historia, la estampa de él, esta exactamente descripta. Lo de las manos como galleta, todo; lo describe exactamente igual. Pero después todo salió de la cabeza de Güiraldes.

¿No era un hombre que resaltaba entre los demás?
Para nada. Hay dos etapas, para que la gente entienda bien: la de la foto -cuando estaba con vida- en que él era Segundo Ramírez, y después está la etapa de Don Segundo Sombra, luego del éxito del libro.

Su almacén era muy visitado por turistas. ¿Qué es lo que más los sorprendía?
Se quedaban realmente muy impactados con el lugar. Los turistas miraban, y a veces no gastaban nada. Venían ingleses, brasileros, españoles, de todas partes del mundo. Lo que más valoraban era la prolijidad del negocio. Desde ya que también el hecho histórico, se quedaban sorprendidos con este negocio. Yo siempre les decía que en este estilo es el único, porque es auténtico. Fue siempre igual: en 90 años la única modificación que se hizo fue la colocación de la heladera, después están las mismas estanterías y el mismo mostrador. Era el único negocio que había quedado en pie de este estilo.

¿Y cuál fue el secreto para mantenerlo durante tantos años?
Hay que tener un poco de amor propio, amor por el lugar. Yo nací acá, en la época en que el medico partero atendía en cada casa. Acá pase mi lactancia, mi infancia, mi adolescencia; acá me casé y ahora acá estoy en la cuenta regresiva (risas). Acá todo, ¿cómo no lo iba a mantener?

Las sinceras reflexiones de Fernández se apagaron de a poco. Al pie de la inmensa ventana del almacén que dejaba observar la empinada subida de la calle Moreno, Américo pronunció su último comentario, infaltable en personalidades de otro tiempo. “Hay muchas cosas que los jóvenes no saben, nosotros los viejos sabemos más, pero ya estamos desapareciendo. Pronto no van a saber nada”, dispara.

La puerta lateral se abrió luego de quitar la pesada traba de hierro, sostenida por algunos tornillos. Beco saludó desde el umbral y volvió a ingresar a “Los Principios”. Afuera, el futuro, que había llegado hace rato.   

Articulo publicado en DÍAS DE ARECO  - 10/10/2019 | Historia

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LA HISTORIA CONTINUA

Me han informado de que han vuelto abrir el Almacén Los Principio con un nuevo propietario con productos selectos, desde aquí les deseo toda clase de éxitos
Pueden seguirlo desde Instagram

https://www.instagram.com/los_principios_areco/?igshid=NTdlMDg3MTY%3D


A continuacion publico un reportaje de la Nacían donde se explica la nueva vida de este querido almacén

Mariana López Rabuini y Roberto Fernández se mudaron a San Antonio de Areco y decidieron devolverle la vida a la histórica pulpería Los Principios


SAN ANTONIO DE ARECO.– “No queremos cambiar nada, buscamos que todo permanezca en su lugar original”, cuenta Mariana López Rabuini, responsable junto a su pareja, Roberto Fernández, de la reapertura del histórico almacén de ramos generales Los Principios, en el tradicional pueblo San Antonio de Areco. Desde 1922 fue un puntal en la vida social de un pueblo que siempre tuvo ritmo gaucho. En su mostrador hubo un cliente legendario: don Segundo Ramírez, quien bajo la pluma de Ricardo Güiraldes se hizo leyenda: don Segundo Sombra. “Es una cápsula del tiempo”, dice López Rabuini.

Los Principios se llama así porque sus fundadores entendían la vida bajo el precepto de principios morales y éticos. “Los Principios no se negocian”, la frase se puede leer en una de las paredes.

Una figura dominó gran parte de la vida del boliche: don Américo “Beco” Fernández, hijo del fundador. Toda su vida estuvo detrás del mostrador. “Su presencia se siente en las estanterías”, cuenta Roberto Fernández, su sobrino nieto. El almacén cerró en 2018 y aquel hombre falleció en 2019. Desde entonces, y por primera vez desde 1922, estuvo cerrado.
La pareja tomó una decisión que le cambió la vida. Se conocieron en la ciudad de Buenos Aires en 2018. Él licenciado en ciencias políticas y ella arquitecta, en octubre de 2020, en plena pandemia, decidieron mudarse a San Antonio de Areco. “No lo dudamos, trajimos todo en dos camiones y cambiamos de vida”, cuenta López Rabuini. Pasaban por la esquina de Mitre y Moreno, y Los Principios les devolvía una postal indeseable: ventanas y puerta con las persianas bajas. Se les cruzó una idea: ¿por qué no reabrirlo? A principios de febrero de este año tomaron la posta y la mítica esquina volvió a ver el sol.

“No queremos cambiar el rubro, porque perdería la magia”, dice Fernández. Siempre fue el almacén del pueblo. En sus estanterías la paisanada hallaba las provisiones para sobrevivir a la soledad rural, pero también vendía su propia línea de ropa gaucha, sombreros y ajuares de gala para fechas patrias. Un detalle lo volvió liturgia: a un costado, entrando por una puerta especial, se accedía al mostrador donde se despachaba bebida. “Las mujeres entraban por otra puerta”, afirma López Rabuini.
Eran leyes de antaño. Los principios obligaban a separar las cosas. El hombre llegaba también con una bolsa para hacer las compras familiares, pero también para ponerse el día tomando una caña, la ginebra, el vermut.

“Beco se manejaba con los principios”, destaca Fernández. Ellos decían que había que beber con respeto. “No toleraba gritos, insultos ni falta de respeto, aquel que fallaba a esos principios, recibía un castigo: lo echaba y no podía volver nunca más”, cuenta su sobrino nieto. Simple. “Te quedabas afuera de todo”, agrega Fernández.

“Nos encontramos todo tal cual lo dejó Beco”, cuenta López Rabuini. Sin caer en la comodidad de transformar el espacio en un restaurante, esta nueva versión de Los Principios vuelve a su origen aunque con una ligera modificación. Se trata de un almacén de ramos generales con productos locales y algunos de otras partes del país, muy difíciles de hallar para el vecino arequero. “Queremos mostrar todo lo que hacen los productores locales, esa es nuestra idea”, confirma López Rabuini.
Las altas estanterías se dividen en dos partes, lo que está al alcance de la mano con productos actuales arequeros que van desde un gin, vermut hasta un chimuchurri ahumado o cítrico. Alpargatas, conservas, quesos y salames. Lo que está cerca del techo, todas las mercaderías que quedaron atrapadas por la red de la melancolía y el tiempo. Cajas de galletitas, frascos de café, y botellas de años. “Entran vecinos para ver las marcas que compraban cuando eran niños”, cuenta Fernández. Las señales a los buenos tiempos es la mejor atracción.

Joya de la corona
“No es una puesta en escena, acá está presente Beco”, sostiene Ariel Arellano, gestor cultural y vecino. Lo conocía al bolichero. No quiso perderse esta reapertura y deja posar su mirada por el mostrador, las paredes y el piso en damero, todo original. “Es parte de la joya de la corona de Areco, Los Principios no es sólo un bien histórico bonaerense, sino nacional”, afirma. Su reflexión se basa en aquellos principios que fundaron el almacén. “Forman parte de una época importante de la Argentina”, analiza Arellano.
La historia del almacén resume la de San Antonio de Areco. Los hermanos Antonio (padre de Beco) y su hermano Francisco Fernández abrieron en 1918 un ramos generales; en el 22 lo mudaron a su actual ubicación y desde entonces permaneció en la misma familia. Los gauchos entraban al pueblo por el puente viejo que cruza por el río Areco y pasaban por el almacén a buscar provisiones. “No regresaban por un mes”, recuerda Roberto Fernández, padre, quien creció en el barrio y conoció la esquina desde la cuna. Don Segundo Ramírez era una de ellos. Una foto en la pared lo muestra en el mostrador.

Las anécdotas de aquellos tiempos son increíbles. El padre de Beco, Antonio, tenía fama de saber “las cosas del cielo”, dicho en criollo: sabía el pronóstico del tiempo. Tenía una veleta en el techo del almacén. Antes de emprender algún baile, los paisanos iban y buscaban asesoramiento. Se subía al techo y consultando dirección del viento, forma de las nubes y vaya uno a saber qué más, bajaba con el pronóstico: “No va a llover, pueden hacer el baile nomás”, cuenta Fernández.
“De niños íbamos a jugar a la pelota a la orilla del río”, agrega Fernández. En las calurosas tardes de verano, el pueblo hervía, pero los chiquilines sabían que Beco tenía un corazón grande. “Pedíamos una botella de Coca y en la complicidad, Beco nos ponía un poco de Fernet”, cuenta. Pocas veces veía dinero, todo se arreglaba con la palabra, el crédito se basaba en la confianza y se materializaba en la libreta, una vez por mes el cliente cancelaba su deuda. “Los principios regían todo, esa moral se trasmitía desde el mostrador, y siempre funcionó”, acuerda el vecino, feliz por la reapertura de esta esquina fundante de altos valores que marcaron a muchas generaciones.

“En los años en donde se modificaba la hora, Beco jamás lo hizo con su reloj”, cuenta Fernández. ¿La razón? “Los Principios se lo impedían: por lo tanto mientras todos abrían a las tres de la tarde, él continuaba abriendo a las cuatro”, dice. En el mostrador se esgrimían profundas cuestiones. “Sobre la base de los principios, se tomaban decisiones”, remarca Fernández.
“Mágico, prolijo e impecable almacén”, así lo define a Los Principios el periodista Pietro Sorba en su libro Pulperías de Buenos Aires. En los días antes a la inauguración, limpiando esta cápsula del tiempo, hallaron marcas de un pasado encantador. Botellas de Gancia con un piolín marcando el nivel del líquido, y una etiqueta con un nombre y apellido. “Los clientes compraban una botella para su aperitivo diario”, cuenta López Rabuini. En la base de muchos artículos, en vez de precios, había letras. “Cada letra significa un valor”, dice Fernández.

San Antonio de Areco es un pueblo de tradiciones. Y se respetan. “Tratamos de no contaminarnos”, señala Susana De Lellis, madre de Roberto hijo. “Es una manera de sobrevivir a la globalización”, agrega. El casco histórico está protegido y muchos edificios, como Los Principios, son “Lugares Significativos”, con idéntica protección.“A la gente le gusta que las cosas se preserven, forma parte de la identidad del pueblo”, aclara De Lellis. Calles adoquinadas, viejas esquinas donde aún funcionan boliches de 200 años, como el de Bessonart. Si algo le faltaba a San Antonio de Areco era ver las puertas abiertas de “Los Principios”, la joven pareja se ilusiona y espera que productores locales lleven sus productos para llenar nuevamente las estanterías. “Cumplimos un sueño, lo visualizamos, trabajamos y lo hicimos”, concluye López Rabuini.

Articulo publicado por la 13 de marzo de 2023
Por Leandro Vesco
LA NACION

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