CARDONA - MONTAÑA DE SAL

 CARDONA - MONTAÑA DE SAL 


La montaña de sal de Cardona es un diapiro que crece cada año, ocupando una depresión del terreno con forma de elipse alargada con una extensión de terreno de 1800 m de longitud por 600 de ancho y una superficie de 100 ha, con unas características naturales que la han hecho merecedora de ser incluida dentro del Plan de Espacios de Interés Natural de Cataluña.

Los afloramientos de sal se localizan dentro de esta depresión, por lo que fue conocida antiguamente como el Salino, y actualmente lo es como Valle Salino

Situación geológica

Los depósitos salinos de Cardona pertenecen a la llamada cuenca potásica catalana. A su vez, esta cuenca forma parte del conjunto de materiales evaporíticos que se depositaron en la cuenca del Ebro durante el Eoceno superior.2​


Datos físicos y geográficos

La Montaña de Sal forma un cerro situado al pie de la sierra de las Garrigues y a la derecha del río Cardener. Al sur del núcleo urbano de Cardona. El cerro es drenado por el torrente Salado que discurre hacia el valle Salino donde confluye con el Cardener en La Coromina. Se trata de relieves bajos pero con una geomorfología muy singular con profundas incisiones fruto de la peculiar forma de erosión ligada a los procesos de disolución de las sales.​

Explotación minera

El Valle Salino de Cardona se explotó desde el Neolítico y el sistema de explotación a cielo abierto se mantuvo invariable hasta la introducción de la pólvora, en el siglo XVIII.


Interior de la mina

Debido al descubrimiento de potasa por el ingeniero Emili Viader a principios del 1900 -que buscaba en Cardona la explotación de sales potásicas análogos a los yacimientos alemanes - se abrió el Pozo del Duque, la primera mina de sal subterránea, abierta entre 1902 y 1905. El descubrimiento de las sales potásicas propició la segunda industrialización de Cardona, después de la textil. Se duplicó la población y se produjeron importantes transformaciones en su paisaje urbano y social.

El inicio de la extracción de la potasa transformó una población agrícola y textil en un pueblo básicamente minero. Cabe destacar las continuas huelgas por las malas condiciones (chabolismo, falta de higiene, falta de servicios básicos, etc.) en las que vivieron los primeros mineros, muchos de ellos venidos de Almería y Murcia, y las muertes continuas durante los 60 años de explotación (75 fallecidos) por las duras condiciones de trabajo.

La Unión Española de Explosivos, a partir de las investigaciones de sales potásicas hechas en Suria, compró en 1923 los terrenos de las salinas de Cardona al duque de Medinaceli, y en 1925 empezó la apertura de pozos y de las minas o galerías. El mineral extraído se enviaba a una fábrica de beneficio y luego, mediante camiones, a la estación de ferrocarril de Suria, de donde iba al puerto de Barcelona para la exportación. En 1970 las minas pasaron a manos del grupo Unión Explosivos Río Tinto (ERT). En 1986 esta explotación empleaba a 560 trabajadores.​ En septiembre de 1990 se cerró la explotación de potasa. Del interior de la tierra se habían extraído un total de 37.874.843 toneladas de mineral, y la explotación ya había alcanzado los 1308,7 metros de profundidad con los consiguientes problemas técnicos (se pasó a trabajar de vertical a horizontal) y para el personal (temperaturas de más de 50º).













































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