PAZO DE OCA - GALICIA

 


PAZO DE OCA - GALICIA

El pazo de Oca es un pazo señorial situado en la parroquia de Oca, perteneciente al municipio de La Estrada, provincia de Pontevedra, España. Actualmente pertenece a los duques de Medinaceli. Está declarado Bien de Interés Cultural del patrimonio español con el código RI-51-0004571. Se le conoce como el «Generalife del norte» o el «Versalles gallego»

El pazo de Oca se encuentra en las Terras do Ulla, cerca de la conjunción de los ríos Boo y Mao. Se trata de una finca estructurada en tres zonas: en la primera, situada intramuros, se encuentra la casa señorial, el jardín y el huerto; en el terreno adyacente se sitúa la Iglesia de San Antonio de Padua, así como varias casas de jornaleros; más allá se halla el entorno agroforestal de la Traga de la Cerrada, la Caballeira de Ouriles y los prados de Su Batan y de los Bardoucos. La iglesia fue construida entre 1731 y 1752, posible obra del arquitecto dominico fray Manuel de los Mártires.

El origen del pazo se sitúa en el siglo XIII, aunque los edificios actuales son del XVIII, en estilo barroco, iniciativa del entonces propietario Fernando Gayoso Arias Ozores, VII Conde de Amarante y señor de Oca. En el siglo XIX se amplió el jardín, obra de François Viet, jardinero del Campo del Moro madrileño. Los jardines del pazo son uno de los mejores exponentes de la jardinería en Galicia: en el patio principal se encuentra una fuente con parterres rodeados de setos de boj, y con plantaciones de camelias, azaleas, palmeras y rododendros; en el paisaje circundante se hallan robles, castaños, nogales y abedules. En la zona abunda el agua, gracias a dos arroyos que fluyen en sendos ramales: el primero desemboca en una pradera en el límite del pazo, y el segundo forma dos grandes estanques (llamados de las Virtudes y de las Vanidades), en ángulo con el palacio y delimitados por muros de cantería coronados por almenas y bolas de granito. Entre los dos estanques hay un puente, y en el centro de uno de ellos se sitúa uno de los elementos más famosos del pazo, una isla artificial de piedra en forma de barca, plantada con hortensias y decorada con jarrones de porcelana y dos figuras de marineros con cañones




El aspecto más destacado de Oca es la magistral conducción del agua, tanto como elemento lúdico como productivo. De entre las fuentes existentes destacaríamos por su importancia arquitectónica: La Fuente de la Mona (a) conocida así por la bestia heráldica que la adorna; la Fuente de la Trucha  un ejemplar barroco con elementos neoclásicos construido en 1776 y la Fuente del Monumento  encargada por el Conde de Amarante en 1733 al mismo cantero que trabajó las barcas de los estanques.




Los Estanques
En este espacio doblemente delimitado por un muro de piedra y otro vegetal, pretendió Andrés Gayoso desarrollar una idea conceptual cuyo significado completo hoy se nos escapa. Mandó construir dos barcas en piedra, una de guerra y otra de pesca y una figura, el señor de la sierpe, como intermediario entre los dos mundos: el de aguas calmas del estanque de arriba, hoy llamado "de las virtudes" y el de aguas turbulentas del de abajo que conocemos como "de las vanidades".

El emplazamiento de los estanques, en línea oblicua con el eje longitudinal de la crujía principal del palacio, puede parecer extraño a una mirada poco atenta y, sin embargo, responde a un doble y lógico condicionamiento: por una parte, el aprovechamiento hidráulico del río Boo que atraviesa la huerta de Oca (los estanques actuales se construyeron sobre el lugar que ocupaban un antiguo molino de agua y su correspondiente estanque, construcciones que, por el testamento de Doña María de Neira, sabemos existían como mínimo desde 1594); por otra, la situación de las torres de la capilla con las que está en eje. Esta elección de la capilla como eje no es casual y habrá que tenerla muy en cuenta en la interpretación que se haga del discurso de los estanques.

Las obras en esta zona, bastante bien documentadas en el Archivo Ducal de Medinaceli (Sección Oca), comenzaron en la segunda década del setecientos y se prolongaron durante menos de una quincena de años. En este periodo se sustituyó el antiguo estanque del molino viejo por dos estanques en fábrica de piedra separados por un dique y se trasladó el molino de agua de su primitivo emplazamiento (muy posiblemente el actual embarcadero del estanque de las vanidades) a la cabecera del estanque de las virtudes. Las plantaciones del boj que rodea el perímetro de los estanques deben datar al menos de esta época, lo que les da una edad mínima de unos trescientos años.

La sucesión de obras descritas que se producen sin solución de continuidad, pues apenas terminado un trabajo se contrata ya el siguiente, indica un plan preconcebido. Además, la preocupación que traslucen los contratos de obligación tanto por las representaciones simbólicas de las figuras pétreas, "piedras bien formadas y trabajadas de artillería [...] a punto de disparar"; "dos leones [...] sobresalientes sus blasones", como por los efectos del agua al caer, "cuya agua ha de salir de la boca de dicha sierpe [...] ha de caer sobre una pila redonda de cinco cuartas" señalan inequívocamente la intención de desarrollar un discurso muy preciso.

Parece evidente, o al menos es la hipótesis más plausible, la intención del I Marqués de San Miguel das Penas de representar el conjunto de los estanques como un barco invertido (las aguas en lugar de rodear el barco lo llenan) por el que navegan dos barcas menores jugando a una contraposición simbólica y polisémica entre la tierra y el infierno, la vanidad del mundo (representadas por la barca de guerra de abajo) y el paraíso (simbolizado por el barco de pesca de arriba), todo ello presidido por la capilla que parece flotar entre la vegetación.

Por clara que pueda parecer esta interpretación, deja al margen muchos elementos que habría que integrar en una explicación más matizada. Así, por ejemplo, nada dice de los monstruos heráldicos que adornan el barco de guerra, ni de las almenas y bolas (bombas) que rodean los estanques, ni del papel que juega el caballero de la sierpe en cuya apariencia puso el marqués especial cuidado como se deduce del contrato de obligación en el que se especifica: "[...] un gigante de tamaño y estructura de nueve cuartas de alto y todo lo demás, en proporción, con sus vestiduras y con su capa y virrete, con una sierpe al hombro en toda forma perfecta, la cual ha de servir de caño y conducto capaz para recibir toda el agua que sale del estanque de arriba al de abajo, cuya agua ha de salir de la boca de dicha sierpe [...]"

Esta figura alude claramente al mito fundador del linaje de los Neira pues según Don Servando "descienden de Darío, gran cazador, hijo de la Reina Loba y que mató una sierpe, a orillas del Río Arce, que ahora se llama Neira, de donde tomaron nombre y asentaron su solar".

Como quiera que esta reina loba está vinculada por otros mitos al Apóstol Santiago y al proceso cristianizador de Galicia, no es aventurado pensar que los estanques recogen un discurso genealógico-religioso aún por descifrar. Abunda en esta idea el hecho de que, muerto Andrés Gayoso, su hijo, Fernando Gayoso y Arias Ozores, abordara, sin solución de continuidad respecto de las obras de los estanques, la construcción de la actual capilla barroca a partir, posiblemente, del antiguo oratorio de María de Neira.











El Palacio y el patio
A través de un zaguán, que conserva a ambos lados sendas puertas del s. XVI coronadas por las armas de los Luaces y los Neira respectivamente, se accede al patio, espacio rodeado de edificaciones de diferentes épocas, desde el s. XVI hasta el XX. La torre actual y el cuerpo principal del palacio son producto de reformas de principios del s. XVIII completadas a fines del s. XIX con la transformación del balcón-corredor en galería y la construcción de la escalera principal. En el extremo de la inconclusa crujía Norte, una mano que apunta la dirección a seguir con una leyenda "Prosiga 1746" invita a pensar que en el s. XVIII se proyectaba un patio cerrado por edificios de idéntica altura. De los diferentes diseños que ha tenido este patio, la única constante que permanece es la fuente central trilobulada. Los parterres actuales geométricos y formalistas son obra realizada hacia 1930 por el XVI Marqués de Camarasa, completados por el XX Duque de Segorbe en las restauraciones realizadas en los últimos treinta y cinco años.




















Los jardines del Palacio
Estos jardines, cruzando de Este a Oeste el recinto intramuros en una franja de unos treinta metros lindera con la fachada del palacio, sirven de charnela entre el espacio más cerrado del patio y el abierto de los jardines y huertas. Aparecen dibujados en los primeros planos que se conservan del jardín divididos, hoy como ayer, en grandes cuadros delimitados por setos bajos de boj que albergan las especies arbóreas de mayor interés botánico por su antigüedad: Camelia reticulata, Cryptomeria japónica, tejo fastigiado






El Bosquecillo y el lavadero
En el último tercio del Siglo XIX el jardín se vió afectado por las reformas paisajísticas introducidas por François de Vié. Ésta es de las pocas zonas que no fueron posteriormente corregidas por Ignacio Fernández de Henestrosa, Marqués de Camarasa hacia 1930. En uno de sus ángulos se encuentra un lavadero de fines del s. XVIII cubierto por un tejado de madera a cuatro aguas que descansa sobre fustes achaflanados.














Dase en Oca la continuidad sin cortes y el ánimo suspenso, encadenado por la belleza, no sabe en donde acaba la obra del arquitecto de jardinería y en donde la del labrador, insertas una en otra, e inmersas ambas en la naturaleza más pródiga en formas y colores que hallarse pueda..." Javier Sánchez Cantón (1944)

HORARIO

Abierto todos los días en el siguiente horario:

Del 1 de abril al 31 de octubre de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 hrs.

Del 1 de noviembre al 31 de marzo de 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 19:00 hrs.

(entrada hasta 30 minutos antes del cierre)

TARIFAS

Entrada individual (jardines): 10€

Entrada grupo (jardines, mínimo 15 pax): 7€

Los miércoles por la mañana gratuito.

Visita completa (interior del pazo y jardines por libre): 20€ pax

Visita completa (grupos, mínimo 15 pax): 17€ pax

Para visitas guiadas a los jardines consultar (grupos, mínimo 15 pax)

Las visitas guiadas al interior, para público en general, se realizarán los viernes, sábados y domingos a las 11 hrs. con reserva previa llamando al Telf: (+34) 986 58 74 35 o 600 11 68 56. Grupos consultar.


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