MEDELLIN
Medellín, es un distrito de Colombia y capital del departamento de Antioquia. Es la ciudad más poblada del departamento y la segunda más poblada del país después de Bogotá.10 Está ubicada en la parte más ancha de la región natural conocida como Valle de Aburrá, en la cordillera central de los Andes. Está extendida por ambas orillas del río Medellín, que la atraviesa de sur a norte, y es el municipio principal del Área metropolitana del Valle de Aburrá.11
La ciudad tiene una población de 2 533 424 habitantes (2020),12 mientras que dicha cifra, incluyendo el área metropolitana, asciende a 4 055 296 personas (2020),12 lo que la ubica como la duodécima área metropolitana más poblada de Suramérica13 y la segunda de Colombia.
En 1826 fue designada capital de Antioquia, título que ostentaba Santa Fe de Antioquia desde la época colonial. Durante el siglo xix, Medellín se desarrolló como un centro dinámico de comercio, primero exportando oro, posteriormente mercancías provenientes de la industrialización de la ciudad y actualmente es un importante centro de servicios.
Fue declarado por ley de la república 2286 de 2023 como Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación.14Medellín como capital departamental alberga las sedes de la Gobernación de Antioquia, la Asamblea Departamental, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín y Antioquia, el Área metropolitana del Valle de Aburrá y la Fiscalía General, así como diferentes empresas, instituciones y organismos del Estado colombiano.
Medellín es uno de los principales centros de producción de Colombia, sede de importantes empresas nacionales y multinacionales,15 en sectores tales como: textil, confecciones, metalmecánico, energético, financiero, salud, telecomunicaciones, construcción, automotriz y alimentos, entre otros.16Recientemente, ha sido designada como una de las urbes epicentro de la cuarta revolución industrial.
El valle en donde hoy se asienta Medellín fue descubierto el 24 de agosto de 1541, día de San Bartolomé, por Jerónimo Luis Tejelo, un capitán a órdenes del mariscal Jorge Robledo, quien fundó a Santa Fe de Antioquia ese mismo año y es considerado el conquistador de Antioquia. El valle era llamado Valle de Aburrá por los indígenas que lo habitaban y fue llamado por los españoles Valle de San Bartolomé o de Los Alcázares. Los indígenas respondieron con belicosidad según algunos cronistas, resistencia que obligó a Tejelo a atrincherarse para la defensiva y a despachar un expreso al mariscal Robledo pidiéndole auxilio, con el cual vencieron fácilmente a los aborígenes. Dicha resistencia la hicieron propiamente los indígenas que habitaban el caserío de Guayabal, pues los demás que ocupaban el valle prefirieron huir o quitarse la vida.21
Primer escudo de la villa de Medellín otorgado por Carlos II mediante la Real Cédula dada en Madrid el 31 de marzo de 1678.
Plano de la Villa de Medellín, 1791.
El 2 de marzo de 1616 Francisco de Herrera Campuzano, del Consejo del Rey Felipe III, oidor de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada y visitador general de la provincia de Antioquia, fundó una población a la que llamó San Lorenzo de Aburrá, en donde hoy se sitúa El Poblado. El caserío, que estaba compuesto por trescientos indígenas y algunos pocos españoles, finalmente no prosperó y en 1646 fue trasladado al ángulo que forman el río Medellín (antes río Aburrá) y el arroyo Santa Elena, sitio que los indígenas llamaban Aná y los españoles Aguasal.
El Valle de Aburrá fue visto por un capitán que seguía las órdenes del conquistador español Jorge Robledo.
Pocos años después se levantó la primera iglesia de tapias y tejas, consagrada a la Virgen de la Candelaria, y desde entonces la población se llamó Nuestra Señora de la Candelaria de Aná, que a los 54 años de vida contaba apenas con 700 habitantes de los 3000 que poblaban el territorio comprendido entre el Ancón de la Valeria (hoy Caldas) hasta los potreros de Barbosa.21Desde 1670 los habitantes pidieron a la Real Audiencia la erección en villa de su población, encontrando resistencia por parte de Santa Fe de Antioquia. Finalmente, la reina Mariana de Austria, viuda de Felipe IV, en nombre de su hijo Carlos II, otorgó la erección en villa de la pequeña población, que ahora pasó a llamarse Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín. Un siglo después, en 1783, se abrieron nuevas calles por orden de Francisco Silvestre y Sánchez, quien fue gobernador de la provincia de Antioquia. En 1786, el Oidor Juan Antonio Mon y Velarde hizo numerar las casas, que eran 242 de un piso y 29 de balcón, y marcar las calles con los nombres de San Francisco, San Lorenzo, La Amargura (hoy calle Ayacucho), El Prado, entre otros.21 También dictó medidas sobre saneamiento, instrucción pública, mejora del comercio y sistemas administrativos; igualmente dota a la villa de agua corriente, crea colonias agrícolas y estimula la minería. Estas medidas progresistas levantan el ánimo de los habitantes y permiten entrever tiempos mejores para la población y para la provincia entera.
Ya en el siglo xix y en plena época de la Independencia, el 21 de agosto de 1813, Juan del Corral erige en ciudad a Medellín, privilegio que hasta entonces, y en lo que respecta a la provincia, solo tenían Santa Fe de Antioquia y Rionegro. En 1826 se le nombra capital de Antioquia, contando en ese año con 6050 habitantes.
El Metrocable
Fernando Botero
Fernando Botero es un renombrado artista colombiano conocido por su estilo distintivo y reconocible en todo el mundo. Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, Botero se destacó en el mundo del arte por su enfoque en la exageración de las formas y las figuras, creando una estética única que se conoce como "boterismo".
Algunas de las características distintivas del estilo de Fernando Botero incluyen:
Figuras exageradas: Botero tiende a aumentar el tamaño de las figuras humanas y objetos en sus pinturas y esculturas. Esto da como resultado la representación de figuras con proporciones infladas y redondeadas, lo que le da un aspecto cómico y a la vez impactante a su obra.
Colores vibrantes: Sus obras suelen estar llenas de colores brillantes y vivos, lo que contribuye a la sensación de alegría y vitalidad que transmiten sus piezas.
Temas variados: A lo largo de su carrera, Botero ha abordado una amplia gama de temas en su obra. Sus pinturas y esculturas representan a menudo escenas de la vida cotidiana, retratos, bodegones, y escenas históricas, todo ello con su característico estilo.
Influencia latinoamericana: A pesar de su reconocimiento internacional, Botero ha mantenido un fuerte lazo con su herencia colombiana y latinoamericana en su obra. Sus temas a menudo reflejan la vida y la cultura de América Latina.
Esculturas monumentales: Botero también es conocido por sus esculturas monumentales que se encuentran en lugares públicos de todo el mundo. Estas esculturas suelen ser de gran tamaño y mantienen las mismas características exageradas que se encuentran en sus pinturas.
Botero ha exhibido su trabajo en museos y galerías de todo el mundo y ha recibido numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera. Su estilo único y su capacidad para atraer a un público diverso lo han convertido en uno de los artistas latinoamericanos más influyentes y celebrados del siglo XX y XXI.
El 10 de junio de 1995 una bomba de 10 kilos de dinamita y metralla explotó en el parque San Antonio de Medellín bajo la escultura de Fernando Botero 'El pájaro'. Eran las 21.20 horas y la plaza estaba llena de gente por la celebración de un festival de música, con puestos de artesanía y vendedores ambulantes. La onda expansiva, parcialmente aprisionada por la figura de metal, mató a 23 personas, entre ellas siete niños y una mujer embarazada (algunos informes elevan la cifra a 28 fallecidos),e hirió a cerca de 200.
Aún hoy, 20 años después, no queda claro quién y por qué lo hizo. Se habló de una venganza de los narcos por la detención, un día antes, de Gilberto Rodríguez Orejuela, capo del Cartel de Cali. El ministro de Defensa de Colombia era en aquel momento el hijo del autor de la escultura, Fernando Botero Zea. Hubo también quien reclamó la autoría del atentado como protesta por el pago del ayuntamiento de Medellín de 800.000 dólares al artista. Éste recordó entonces que ya había donado a la ciudad otras esculturas y ofreció una segunda copia de la obra, a cambio de que el 'Pájaro herido' (desde entonces llamado así)permaneciese al lado de la nueva 'Paloma de la paz', "como recuerdo de la imbecilidad y de la criminalidad de Colombia".
Los bordes cortantes de la escultura reventada siguen en ese mismo lugar y recuerdan aquella época en que casi todo sangraba y dolía en Colombia, incluido el arte. Una herida cuyo recorrido podría ser el de la grieta de 'Shibboleth', la impactante instalación de Doris Salcedo en la sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres en 2007, cuya primera explicación hacía referencia a la discriminación de los inmigrantes en el "Primer mundo", pero que también admitía lecturas sobre la separación social y la agresión implícita en ella.
Como Botero y como Salcedo, muchos otros artistas colombianos han tenido que hablar, inevitablemente, de violencia. José Alejandro Restrepo y su 'Musa paradisiaca' (una reflexión sobre las matanzas de campesinos a lo largo del siglo XX, hilvanada a partir de la planta del banano), César López y su 'Escopetarra' (un híbrido entre fusil AK-47 y guitarra que este activista por la paz ha entregado a músicos como Fito Páez, Juanes y Santana) y Carlos Castro con su 'Máquina de cuchillos' (una caja de música hecha con puñales artesanales incautados en las zonas más duras de Bogotá) son algunos ejemplos.
"Es un recuerdo de la imbecilidad y de la criminalidad de Colombia": la historia de la escultura de Botero destrozada por una bomba que se convirtió en un símbolo de la paz
Durante la década de los 80 y parte de los 90, Medellín, la segunda ciudad de Colombia, ubicada unos 400 kilómetros al occidente de Bogotá, fue la más violenta del mundo.
Cerca de 20 personas morían por cuenta de la violencia cada día.
Sin embargo, unos 30 años después, más allá de la memoria de los familiares de las personas que murieron, no quedan muchos vestigios de aquellos días terribles de asesinatos selectivos, masacres y bombas.
Y tal vez los únicos objetos que pueden representar aquella saga de muerte y desasosiego son precisamente dos esculturas del principal artista colombiano en el siglo XX: Fernando Botero, quien nació en Medellín y falleció este viernes en el Principado de Mónaco a los 91 años.
Las esculturas son dos palomas. Una de ellas destrozada por el efecto de una bomba de 10 kilos de dinamita que mató a 23 personas en 1995.
La otra intacta, apenas percudida por el paso del sol y la lluvia sobre el bloque de bronce.
Ambas están ubicadas en el centro de la ciudad y ahora son un símbolo no solo de la violencia que se vivió en Medellín, representada por la paloma destrozada, sino también de la esperanza de vivir en una ciudad segura y pacífica, de lo que da cuenta la paloma ilesa.
A una el maestro le puso el nombre de “El pájaro herido”. A la otra, “La paloma de la paz”.
La otra intacta, apenas percudida por el paso del sol y la lluvia sobre el bloque de bronce.
Ambas están ubicadas en el centro de la ciudad y ahora son un símbolo no solo de la violencia que se vivió en Medellín, representada por la paloma destrozada, sino también de la esperanza de vivir en una ciudad segura y pacífica, de lo que da cuenta la paloma ilesa.
A una el maestro le puso el nombre de “El pájaro herido”. A la otra, “La paloma de la paz”.
Y eso era precisamente lo que estaba teniendo lugar aquel 10 de junio de 1995: una actividad pública que había congregado a centenares de personas que, de un momento a otro, vieron estallar 10 kilos de dinamita que hicieron pedazos el pájaro de Botero.
23 personas murieron en el ataque. Los reportes de las autoridades señalaron que el atentado dejó además al menos 400 personas heridas.
De acuerdo a la crónica “Un pájaro aún estalla”, del periodista Juan Miguel Villegas y publicada en el portal “Centro de Medellín", el maestro Botero se enteró de la destrucción de su obra mientras estaba en una estación de servicio en Italia.
La primera idea de Botero fue la de reemplazar la escultura destruida por una nueva.
Sin embargo, su posición cambió en tanto comenzaron a aparecer grupos que se hacían responsables del ataque.
En un presunto comunicado de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, que agrupaba a organizaciones subversivas colombianas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Farc) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), señalaron que lamentaban la pérdida de vidas y que el ataque estaba dirigido exclusivamente a la escultura de Botero.
La razón expuesta en el comunicado es que "El pájaro" representaba para ellos “la exageración opresora y burguesa” y que el dinero con que se había pagado la escultura había sido producto de “esa explotación al obrero”.
Y a la otra, destrozada, lo rebautizó como "El pájaro herido".
Hasta el momento solo el Estado colombiano ha sido condenado por el atentado por no tomar las medidas adecuadas para proteger a la ciudadanía. Las víctimas fueron indemnizadas.
A más de 30 años del ataque, ese pájaro de bronce herido sigue siendo una de las atracciones más visitadas de Medellín, donde cada año sus habitantes y los turistas que llegan a la ciudad se acercan a ver el testimonio vivo de la violencia que casi extermina su espíritu.
Algunas de las obras de Fernando Botero en Medellín en Antioquia incluyen:
1) Plaza Botero: En el centro de Medellín, hay una plaza que lleva el nombre de Fernando Botero y está adornada con 23 esculturas monumentales de bronce y mármol creadas por el artista. Estas esculturas representan una variedad de temas y personajes, desde animales hasta figuras humanas, y son una atracción popular para los visitantes y lugareños por igual.
2) Museo de Antioquia: Este museo, ubicado en el centro de Medellín, alberga una colección importante de obras de Fernando Botero, incluyendo pinturas, esculturas y dibujos. El museo también presenta obras de otros artistas colombianos y es un lugar importante para apreciar el arte y la cultura de la región.
3) Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM): Aunque principalmente se centra en el arte contemporáneo, el MAMM también ha exhibido obras de Botero en el pasado y puede ser un lugar donde encontrar alguna de sus obras en exhibición temporal.
4) Teatro Metropolitano de Medellín: En el vestíbulo del Teatro Metropolitano, puedes encontrar una escultura de Botero que representa a un violinista, lo que refleja su interés en la música y las artes en general.
Estas son algunas de las ubicaciones en Medellín donde puedes disfrutar de las obras de Fernando Botero. Su arte es una parte importante de la cultura de la ciudad, y su legado artístico sigue siendo una atracción significativa para los amantes del arte que visitan Medellín.
EL GATO DE BOTERO EN BARCELONA
Comuna 13 de Medellín
Catalogada como un must-see en Colombia por un sinnúmero de guías de viajes en internet, La Comuna 13 de Medellín sorprende por su historia de resiliencia y transformación social, por una vida de barrio tan genuina como los habitantes que acogen con amabilidad a los visitantes que llegan para recorrerla.
Aunque al principio es insospechable, solo basta con poner un pie en el barrio para empezar a ser consciente de las innumerables experiencias y expresiones que allí se gestan.
Lo mejor, es que ahora puedes vivirla de forma virtual incluso antes de venir a Medellín, es una experiencia inmersiva a través del recorrido del graffitour de la Comuna 13 en Medellín y conocer el arte gráfico y artistas urbanos que podrás presenciar a lo largo del recorrido a través de pantallas vía streaming.
Unos años atrás era considerado uno de los barrios más peligrosos de la ciudad más peligrosa del mundo. Medellín estaba gobernada por la violencia y el tráfico de drogas. Hoy, La comuna 13 visitada por cientos de turistas cada día. Ha logrado una transformación impresionante: el arte urbano ha dado un rumbo a la comuna y es un simbolo del renacer de Medellín. Ahora, la comuna 13 es famosa por su concentración de arte callejero: graffitis, hip hop, breakdanse. Nuevas infraestructuras incluyendo un metro cable y seis escaleras mecánicas volvieron la vida más fácil para los habitantes de la comuna.
Para entender lo que representa la comuna 13, cabe conocer el contexto de su violenta historia. La comuna 13 fue habitada al principio por campesinos dezplazados por la guerra que había en las zonas rurales de Colombia. Ubicada en las colinas al occidente de Medellín, esa zona se volvió el lugar perfecto para el tráfico de drogas durante los años 80 por su difícil acceso y sus múltiples callejones. De esa comuna narcos como Pablo Escobar reclutaban sus sicarios para quienes la carrera criminal era la única forma de poder subir el escalón social. ‘La cuna de Pablo Escobar’ quien había declarado la guerra al estado se volvió el epicentro de una guerra entre paramilitares, ejército y Pablo Escobar. Un clima de violencia en medio de la pobreza reinaba en ese entonces hasta la muerte de Pablo Escobar en 1993.
Después, toda la estructura de Escobar quedó huérfana y la comuna 13 queda a manos de paramilitares como las FARC que sembraban el terror con varios atentados. Otras bandas seguían combatiendo contra las FARC para el control de la zona.
En 2002, el estado colombiano decide retomar el control sobre la comuna 13 a través de varias intervenciones militares muy violentas que afectó tanto a los paramilitares como a la población con muchos muertos y desaparecidos.
En la actualidad, la comuna 13 es mucho más tranquila gracias al apoyo del estado y sobretodo gracias al esfuerzo de la comunidad.
Una transformación por el arte
La Comuna 13 cuenta ahora con seis escaleras eléctricas y un metrocable que conectan sus barrios marginalizados haciendo la vida más fácil para sus habitantes y permitiendo el turismo.
El desarollo del turismo de la Comuna 13 le debe mucho al arte urbano: la comuna 13 es arte en su máxima expresión. Las nuevas generaciones han substituido las armas por aerosoles. Cada graffiti tiene su historia; gran parte de las expresiones artisticas se inspiran en el pasado de la comuna y hablan de paz y esperanza. Se trata de la galería de arte más grande de Colombia.
La comuna 13 también se destaca por sus danzas, musicas o por su gastronomía. En las calles hay varios shows de hip hop, también encontrarás varios restaurantes, bares y miradores con una vista increíble sobre la ciudad.
Hoy en día, la comuna es todo un orgullo y ejemplo de superación social. Es el simbolo del renacer de Medellín después de su pasado violento.
Visitada por miles de turistas cada día, es una zona muy tranquila y segura. Se ha vuelto uno de los lugares más atractivos de Medellín.
Santa Fé de Antioquia
PUENTE DE OCCIDENTE
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