23 febrero 2021

ISLA DE PASCUA-AHU TONGARIKI





AHU TONGARIKI: Enorme plataforma de 15 estatuas erigidas de espalda al mar, en un marco de impresionante belleza natural.  Es una caleta de pescadores, cuyo nombre en lengua nativa significa "lugar de las tortugas marinas". Ubicada a 27 kilómetros de Hanga Roa, en sus cercanías hay dos torres de piedra, que los antiguos isleños usaban para ver la llegada de las tortugas. Hoy todavía se las divisa.El centro ceremonial más grande de la isla tiene una longitud de 200 metros, y su construcción data de los años 900 y 1000 a.C. Alberga 15 moais, de los cuales los más grandes alcanzan los 14 metros de altura. Se encuentra a 20 kilómetros de distancia de Hanga Roa.Con sus 15 moai es el Ahu más grande de la Isla, el eje de su plataforma está orientado al sol naciente del solsticio de verano. Destruido y dispersado en una amplia área tras el maremoto de 1960, fue restaurado en 1997 con aportes de una empresa de Japón, la que dejó una grúa para trabajos arqueológicos. Más allá de la plaza hay un importante sitio de petroglifos llamado PAPA TATAKU POKI con figuras de atún, tortuga, Make Make, Hombre-Pájaro, entre otros. De todos los ahu de Isla de Pascua, el más prestigioso es, sin duda, el Tongariki, cuyas 15 estatuas se encuentran frente a la cantera del Rano Raraku, a una distancia de menos de 2 km. ¿Realmente el clan Tongariki entregaba las mejores esculturas? Algunos historiadores han esbozado esta hipótesis.

Si bien el Tongariki expone 15 estatuas, en su base se encontraron otros 17 moai de fabricación más antigua, algunos de los cuales actualmente se exponen en el sitio (de hecho, tres ahu se sobrepusieron en el mismo lugar a lo largo de la historia). Actualmente, los especialistas estudian metros cúbicos de valiosos archivos. En cuanto a la estatua que yace en el suelo delante del ahu, no se trata de un moai del Tongariki, si no de una estatua que estaba siendo transportada. Sus ojos aún no se habían esculpido, puesto que recién salía de la cantera vecina del Rano Raraku. El ahu Tongariki, cuya parte izquierda se restauró en 2001, hoy es el monumento más grande del Pacífico Sur (los guías profesionales de la isla les revelarán en el sitio los petroglifos y otros detalles ligados a este impresionante conjunto).














ISLA DE PASCUA UN LUGAR ENIGMATICO







Aquí estaban, mudos testigos de la historia, fieles guardianes del ancestral secreto de la isla, erguidos y con esa presencia permanente, acariciados por la brisa constante de Pacifico y por el silencio del recóndito lugar alejado del mundanar ruido,en uno de los rincones más enigmáticos de la Tierra
Intentaremos descubrir que significan los Moai, los ojos que miran al cielo.
Pascua es una pequeña isla de aproximadamente 80 kilómetros cuadrados, del Océano Pacífico en la Polinesia, ubicada a 3.760 Km de la costa de Chile, país al que pertenece desde 1888, y es famosa por las gigantescas efigies de piedra, conocidas también como moai. Su nombre indígena es Rapa-Nui, o también se le conoce como Marakiterani o ” los ojos que miran al cielo “.
Los moai son figuras de piedra de enormes dimensiones con forma humana cubiertas con algo que parece un sombrero cilíndrico. Las gigantescas cabezas sobresalen del árido suelo, tienen las orejas largas y grandes, y miran hacia el sol como esperando la llegada de algo o alguien, de manera algo altanera.
Fue descubierta la tarde del Domingo de Pascua de 1.722 por el marino holandés Jacob Roggeveen. Ese mismo día, la expedición de Roggeveen partió, no sin antes hostigar a los nativos de la isla, debido a que los indígenas se encargaron de robarles algunas de sus pertenencias, entre ellas muchos… ¡sombreros!.
En 1.770 el español don Felipe G. Ahedo desembarcó en la isla y tomó posesión de ella en nombre del rey de España, llamándola: San Carlos, nombre que después fue olvidado y retomó el de Pascua. Después, en 1.774, el capitán inglés James Cook visita la isla y halló restos de antiguos e inteligentes pobladores, debido a sus construcciones, caminos pavimentados, instalaciones portuarias y numerosas aldeas que fueron hechas a base de piedra.
En la isla existen diferentes grupos de estatuas:
• Doscientas setenta y seis hacen guardia en las laderas del volcán.
 • Trescientas están derribadas sobre los ahus que rodean los altos acantilados de la isla.
 • Otras están a lo largo de antiguos caminos.
 • 80 quedaron sin terminar.
Algunas que estuvieron montadas sobre plataformas funerarias son bustos enormes, sin piernas y a veces alcanzan los 10 metros de altura y 7,6 metros de diámetro y pesan 20 toneladas, tienen un cilindro, un rojo copete de 1,8 x 2,4 m y se supone que estos “sombreros” fueron extraídos del cráter del volcán Rano Roi.Se diferencian de las otras por tener los ojos abiertos y estar mirando a la tierra, de espaldas al mar.
Las estatuas que impresionan son las que están en las laderas del Rano Raraku. Sus narices se vuelven hacia arriba y sus delgados labios se proyectan hacia adelante en un gesto de burla y desdén. Carecen de ojos y las proyecciones descendentes a los costados pueden representar orejas alargadas o una prenda para la cabeza. La más grande es de veintidós metros y la más pequeña de tres.
Los primeros pobladores
Robert Longdon, un inglés, afirma que los primeros en llegar fueron unos navegantes enviados por el faraón egipcio Ptolomeo III.  Una de las teorías que más predomina, es que Pascua fue poblada en el siglo V por polinesios procedentes de Asia. Que para descubrir la remota isla de Pascua tuvieron que navegar casi hasta la Antártida a fin de encontrar la corriente meridional y evitar la corriente de Humboldt que fluye hacia el oeste.
Otra teoría dice que para el siglo IV d.C. llegó una tribu al mando de un rey llamado Hotu-Matua, quienes tenían técnicas bastante desarrolladas para esculpir la piedra. Una de las características también del Perú.
 Thor Heyerdahl defiende ésta última. En 1947 hizo un viaje desde Perú, que duró 102 días, hasta llegar al archipiélago Tuamotu. Heyerdahl sostenía que los navegantes americanos eran blancos caucásicos, inmigrantes no identificados del Mediterráneo, los “hombres blancos barbados”, que habían construido la ciudad de Tiahuanaco a 3800 metros de altura en los Andes. Ellos habían viajado mas de 3.000 Km hacia la isla de Pascua donde erigieron cientos de gigantescas estatuas de piedra que representaban a los crueles y desdeñosos antepasados caucásicos.
El entonces alcalde del lugar, don Pedro, un hombre de cabello rojizo, contó al investigador noruego el por qué era diferente a los demás: era descendiente de los “orejas largas”, los supuestos antiguos pobladores de la isla. Eran llamados así porque colgaban pesas del lóbulo de sus orejas para alargarlas. Provenían del Perú.
 Existían además los “orejas cortas”, polinesios provenientes del Oeste. Los primeros tenían o creían tener un origen divino y esclavizaron a los segundos, quienes se ocupaban de las labores más pesadas. Pero un buen día los “orejas cortas” se revelaron contra sus amos y los echaron a una zanja que habían hecho. Sólo quedó con vida uno de los “orejas largas”, del cual descendía el alcalde. Heyerdahl efectivamente encontró restos humanos en donde supuestamente fueron enterrados los “orejas largas”.
En los años 30 el astrólogo francés Dom Neroman afirmaba que la isla estuvo poblada por una civilización de origen hindú que estaba instruida en los secretos del Cosmos, conocía además un sistema capaz de crear en el planeta polos positivos para atraer ondas benéficas y polos negativos para hacer lo contrario. Henry Lavachery, sostenía que la isla tuvo una especie de escuela de estrellas, en donde enseñaban a los elegidos sobre los peligros y beneficios de los astros y sus visitantes.
Thor Heyerdahl, por su parte, en su expedición también descubrió una especie de observatorio solar en la cumbre del volcán Rano Raraku, donde se hallaron gran cantidad de estatuas.
En los sesenta William Mulloy afirmó que: “la isla de Pascua es uno de los lugares más aislados del mundo, y sin embargo, con una población que nunca superó los cuatro mil habitantes, encontraremos contrastes de complejidad cultural, textos que no están relacionados con ningún material escrito exterior, una política capaz de planificar y coordinar las obras públicas, un sacerdocio organizado y un interés en fenómenos celestes como los equinoccios y los solsticios”. Según Mulloy, la isla de Pascua estuvo habitada, hace milenios por seres no terrestres, quizás mucho antes de los “orejas largas”.
¿Estamos hablando de seres venidos de otras galaxias?
Quizá, pues muchas leyendas locales hablan de que un día al año, el sol penetraba hasta el interior de las cabezas como una especie de rayo que les daba vida y eran conducidas al lugar asignado, de ahí que cuando se les pregunta a los pobladores “¿cómo fue que las efigies llegaron a ese lugar?”, ellos únicamente responden “a pie”.
Parece que esperan la llegada de alguien ¿del mar?, ¿del cielo?. Los mismos indígenas aseguran que fueron transportadas por naves que volaban. Les dejamos un par de videos donde se puede ver de manera más gráfica la Isla de Pascua:


Desde Hanga Roa
Sea cual sea tu destino, comienza tu excursión muy temprano. La salida del sol es uno de los momentos más mágicos y nada es comparable con presenciarlo cuando sale del mar tras la silueta de un grupo de moais. Y qué mejor si se trata del Ahu Tongariki, el más grande e impresionante de la isla, situado en su extremo oriente. Está formado por quince estatuas que se yerguen majestuosas frente al mar y el volcán Maunga Pu A Kaitiki. Como todos los moais de la isla, estos también fueron levantados recientemente.

Aprovechando el desplazamiento, puedes seguir con la visita a la cantera del volcán Rano Raraku. Sobre la ladera sur verás esparcidos más de cien moais ya terminados que quedaron abandonados a medio camino de su destino final. Una vez en la cantera te lo pasarás en grande descubriendo los pormenores del arduo trabajo de escultura de la toba volcánica. Descubrirás docenas de estatuas aún adheridas a la roca madre, a veces camufladas entre la vegetación. Busca y disfruta de la majestuosidad del moai más grande de la cantera, de 21 m, y del llamado Tukuturi, de aspecto muy distinto a cualquier otro de la isla. De un total de casi 900 moais existentes en la isla, unos 500 están la cantera y las laderas del volcán.










ISLA DE PASCUA-MAS QUE UN VIAJE FUE UN SUEÑO






Mas que un viaje fue un sueño

Son esos lugares que sueles soñar en la adolescencia como los paraísos inalcanzables o míticos, lugares que solo están en los mapas de tu mente, luego con el paso del tiempo y  cuando empiezas a descubrir las últimas paginas de tu vida,  te planteas que es el momento de hacer realidad ese sueño.

Allende de los mares, allí perdida en el silencio profundo del  Océano Pacífico, reposa la isla de Rapa Nui, o Isla de Pascua,  es en si misma  un lugar enigmático cargado de misterio ubicada a 3.700 kms. de la costa chilena y a 4.000 kms. de Tahiti, en la Polinesia Francesa. Con una superficie de 166 Km. cuadrados y forma triangular de un relieve sinuoso y árido, por su condición de zona volcánica.

Esta foto fue tomada durante la puesta de  sol mientras se ocultaba en lo más profundo del Pacifico dejando la silueta de los Moais en primer término, creando ese momento mágico donde lo ancestral se funde con la naturaleza, fui un  mudo testigo en un instante irrepetible para mí ,que tenía la suerte de asistir a este espectáculo único , tome la cámara la fije al suelo y en disparo por tiempo obtuve este resultado.
Cuando te plantas frente a los Moais, te embriaga la duda de quien contempla a quien, erguidos y majestuosos con la mirada al frente y ordenados perfectamente en fila y con la desproporción humana, te sientes empequeñecido  tal vez insignificante, porque tu eres realmente un ave de paso, pero ellos seguirán ahí donde están, dando testimonio de su glorioso y enigmático pasado.


Algunas personas me preguntaron cuál es el motivo de viajar a La Isla de Pascua, que es lo que hay que valga la pena hacer tan largo viaje, yo siempre les respondo que si lo ven como un viaje, mejor que no vayan, ir a La isla de Pascua no es un viaje es “un sueño”
Dicen "Que lo mejor que puede hacer un hombre por otro es ayudarle a realizar sus sueños" gracias a los profesionales de la agencia de Vivencia Andina, esto fue posible









FLORA DE LA PATAGONIA -ARGENTINA

FLORA EN TIERRA DE FUEGO

Los bosques cubren un 30% de la superficie de la Isla. Las principales especies son:
Lenga: es un árbol de hojas caducas que crece desde el nivel del mar hasta los 600 metros s.n.m.. Su tronco es recto y su corteza es de color gris. Se adapta a condiciones extremas de clima y suelo.
Guindo: es un árbol que se caracteriza por sus hojas perennes, crece en lugares muy húmedos y se lo encuentra al sur del Lago Fagnano. Es conocido también como Cohiue Magallánico.
Ñire: presenta gran cantidad de ramas y su porte es bajo. Sus hojas son caducas y ocupa lugares bajos.
Canelo: es un árbol que se presenta también como arbusto. Sus hojas son ovaladas, grandes y brillantes. Sus flores son blancas o rosadas y florecen en ramilletes durante el verano. Sus frutos presentan un color verde oscuro.
Ciruelillo: su porte de árbol o arbusto, de acuerdo al lugar donde crece, presenta una corteza lisa, hojas de formas variadas y flores en racimos de color rojo intenso. Sus frutos pueden verse en vainas doradas.
Maitén o leña dura: prolifera en las costas del Canal de Beagle, alcanzando la altura de dos a tres metros. Sus flores son muy pequeñas y de color rojo oscuro.
Campanilla: es la flor que representa a la Provincia de Tierra del Fuego. Crece cerca del mar floreciendo entre Noviembre y Enero. Presenta un largo tallo con grupos de dos a siete flores de color blanco o crema con estrías púrpuras y el centro amarillo.





La flora de la Patagonia argentina es diversa y única debido a las variadas condiciones climáticas y geográficas de la región. La Patagonia abarca una gran extensión de territorio en el extremo sur de Argentina, incluyendo áreas áridas, semiáridas, montañosas, y bosques templados.

Estepa Patagónica: Dominada por arbustos espinosos y gramíneas adaptadas a las condiciones áridas. Entre las especies más comunes se encuentran el neneo (Mulinum spinosum), el coirón (Festuca spp.), y el mata negra (Senecio spp.).

Bosque Andino-Patagónico: Ubicado en las laderas de la cordillera de los Andes, este bosque es más húmedo que la estepa. Caracterizado por árboles como el coihue (Nothofagus dombeyi), el ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), y el ñire (Nothofagus antarctica).

Bosque de Lengas y Ñires: Este tipo de bosque se encuentra en áreas más altas y frías de la Patagonia. La lenga (Nothofagus pumilio) y el ñire son los árboles dominantes, junto con especies como el calafate (Berberis buxifolia) y el chaura (Azara dentata).

Bosque Subantártico: En las áreas más húmedas y cercanas a la costa atlántica, se encuentran bosques de árboles perennifolios como el ciprés de las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum), el mañío (Saxegothaea conspicua), y el arrayán (Luma apiculata).

Estepa de Coirones: Presente en zonas semiáridas, esta vegetación está dominada por pastizales de coirón (Festuca gracillima) y otros pastos duros y resistentes a la sequía.

Tundra Patagónica: En las regiones más altas y frías de la Patagonia, la vegetación se asemeja a la tundra, con pastizales, musgos, líquenes y arbustos enanos.

La flora de la Patagonia ha evolucionado para adaptarse a las condiciones extremas de esta región, con una variedad de plantas adaptadas a la sequía, el frío y los vientos fuertes. Muchas de estas especies son endémicas de la región y desempeñan un papel importante en los ecosistemas patagónicos, proporcionando hábitats y alimento para la fauna local.













































Flora de Ushuaia

Lenga (Nothofagus pumilio): Árbol de hojas caducas, asimétricas y lustrosas, estas toman una tonalidad que pasa del rojo intenso al amarillo o marrón antes de caer. Cuando las hojas adquieren estos colores, durante el otoño, el paisaje muestra un cuadro de colores de espectacular belleza. Puede alcanzar 30 m. de altura y 1,5 m. de diámetro, llega a reducir su porte a 20-50 cm., adoptando una forma arbustiva y achaparrada, a 600 m. de altura sobre el nivel del mar.

Guindo (Nothofagus betuloides): También llamado “Coihue” de pequeñas hojas alargadas y perennes. Puede alcanzar los 30 m. de altura y 1,20 m. de diámetro. Cuando crece en suelos pedregosos y delgados presenta una forma arbustiva, tortuosa y achaparrada. Tanto la lenga como el coihue pueden ser atacados por parásitos, el Myzodendron Punctulatum Banks (sub-arbusto sin hojas) y el Cyttaria darwinii, conocido como "pan de indio", porque era uno de los elementos que incluían en su dieta los indígenas. Este hongo, de color blanco amarillento, aparece en otoño e invierno y tiene unos 3,5 cm de diámetro, siendo de forma esférica. La acción de este parásito provoca una deformación sobre la rama o tronco del árbol, denominada "nudo".

Ñire (Nothofagus antartica): De hojas asimétricas dentadas, lustrosas y caducas. De porte arbustivo, se desarrolla tanto en suelos inundados como en sitios con escasas precipitaciones.

Calafate (Berberis buxifolia): Arbusto muy ramificado que presenta muchas espinas. Se destaca en verano entre los árboles del bosque por sus pequeñas flores amarillas, que luego se transforman en deliciosos frutos, que presentan una coloración negro-azulada. Una leyenda señala, que aquel que come el fruto de este arbusto regresa al lugar.

Michay (Berberis ilicifolia): Arbusto que posee hojas de color verde intenso, las asemejan al muérdago. Se mantiene siempre verde y antes de finalizar el invierno presenta una floración de color anaranjado, mientras que sus frutos de color azulado, maduran en otoño.

Mata Negra (Chilliotrichum diffusum): Este arbusto tiene flores que se asemejan a pequeñas margaritas, que perduran hasta el otoño. Mantiene siempre su color verde y crece tanto en el llano como en la montaña.Campanilla Biflora (Phaiopheleps): La campanilla es de color blanco o crema con estrías púrpuras, agradablemente perfumada. Florece entre Noviembre y Enero. El tallo fluctúa entre 9 y 70 cm. con grupos de 2 a 7 flores. Ha sido elegida la flor representativa de la Provincia de Tierra del Fuego. Crece en casi todos los ambientes de la Isla.

Frutilla de Magallanes (Rubus geoide): Crece en aquellos lugares que conservan cierta humedad, bajo la protección de algún tronco caído o en el reparo del talud de las barrancas. Esta deliciosa fruta de color rojo y sumamente dulce, es similar en apariencia a la mora. Se halla medio enterrada y un tanto cubierta por las pequeñas hojas de la misma planta. Su fruto crece entre Octubre y Febrero.

Drosera (Dosera uniflora): Esta planta insectívora mide de 4 a 5 mm. Sus tentáculos de color rojizo, segregan en los extremos una sustancia melosa que le sirve atraer y atrapar a los insectos. Crece sólo en lugares muy húmedos y florece en Diciembre y Febrero.Turbales (Sphagnum magellanicum): La turba está constituida por restos vegetales, principalmente de briofitas (o musgos). Tienen una enorme capacidad para la retención de agua y por tanto, son activas creadoras de la humedad ambiental. La enorme capacidad de retención de agua de los turbales se debe a las propiedades absorbentes del musgo Sphagnum. Los turbales cubren el 1% de la superficie de la Tierra y su formación tomó largo tiempo. Por ejemplo, un depósito de 1,5 m. de profundidad se constituyó nada menos que en 6000 años.