23 febrero 2021

ISLA DE PASCUA-MAS QUE UN VIAJE FUE UN SUEÑO



Mas que un viaje fue un sueño

Son esos lugares que sueles soñar en la adolescencia como los paraísos inalcanzables o míticos, lugares que solo están en los mapas de tu mente, luego con el paso del tiempo y  cuando empiezas a descubrir las últimas paginas de tu vida,  te planteas que es el momento de hacer realidad ese sueño.

Muchos me preguntan: "¿Por qué fuiste a la Isla de Pascua?" Y yo siempre les respondo lo mismo: "Más que un viaje, fue un sueño." Un sueño que comenzó como una idea vaga, una imagen lejana de un lugar aislado en el vasto Pacífico, pero que con el tiempo se transformó en una necesidad personal, en una conexión profunda con un lugar que siempre había estado presente, pero que solo en ese momento comprendí que debía visitar.

La Isla de Pascua, o Rapa Nui, es uno de esos destinos que, cuando lo piensas, parece estar fuera del alcance de lo cotidiano. Un rincón remoto del mundo, a más de 3.500 kilómetros de la costa chilena, rodeado por el océano y lleno de misterios antiguos. Las estatuas moái que vigilan el horizonte, las tradiciones ancestrales y la sensación de estar en un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, todo ello crea una atmósfera mágica y única.

Para mí, ir a la Isla de Pascua no fue solo una decisión de viaje, sino una búsqueda. Una búsqueda de conocimiento, de conexión con la historia, de entender lo que significan esos gigantescos moái y las culturas que los crearon. Fue un deseo de explorar, de sumergirme en la espiritualidad y en los rituales que han perdurado por siglos en ese pequeño pedazo de tierra en medio del océano.
Pero más allá de los moái, de los paisajes impresionantes, de las playas de arena blanca y de las aguas cristalinas, la Isla de Pascua me ofreció algo que no esperaba: una sensación de paz y una conexión con el universo que no encontraba en ningún otro lugar. Estar allí fue como regresar a algo primordial, algo que estaba guardado en lo más profundo de mi ser, una experiencia que me hizo sentir más conectado conmigo mismo y con el planeta.

Así que cuando me preguntan por qué fui, les respondo que no fue solo por los moái ni por los paisajes deslumbrantes, sino porque era un sueño que debía cumplirse, un sueño que se construyó en mi corazón mucho antes de que llegara a la isla. Y como todos los sueños, una vez cumplidos, dejan una huella imborrable que te cambia, que te marca, y que nunca olvidas.

Allende de los mares, allí perdida en el silencio profundo del  Océano Pacífico, reposa la isla de Rapa Nui, o Isla de Pascua,  es en si misma  un lugar enigmático cargado de misterio ubicada a 3.700 kms. de la costa chilena y a 4.000 kms. de Tahiti, en la Polinesia Francesa. Con una superficie de 166 Km. cuadrados y forma triangular de un relieve sinuoso y árido, por su condición de zona volcánica.

Esta foto fue tomada durante la puesta de  sol mientras se ocultaba en lo más profundo del Pacifico dejando la silueta de los Moais en primer término, creando ese momento mágico donde lo ancestral se funde con la naturaleza, fui un  mudo testigo en un instante irrepetible para mí ,que tenía la suerte de asistir a este espectáculo único , tome la cámara la fije al suelo y en disparo por tiempo obtuve este resultado.
Cuando te plantas frente a los Moais, te embriaga la duda de quien contempla a quien, erguidos y majestuosos con la mirada al frente y ordenados perfectamente en fila y con la desproporción humana, te sientes empequeñecido  tal vez insignificante, porque tu eres realmente un ave de paso, pero ellos seguirán ahí donde están, dando testimonio de su glorioso y enigmático pasado.










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