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04 noviembre 2023

PUCARÁ DE TILCARA - JUJUY ARGENTINA





Pucará de Tilcara

  El Pucará de Tilcara es una fortaleza precolombina ubicada en la provincia de Jujuy, Argentina. Fue construida por la cultura omaguaca y se destaca por su arquitectura defensiva y su ubicación estratégica en lo alto de una colina. Es un sitio arqueológico muy importante en la región y ofrece una vista impresionante del paisaje circundante.

El Pucará de Tilcara es una fortificación preincaica ubicada en la Quebrada de Humahuaca, en la provincia de Jujuy, Argentina. Este sitio arqueológico se encuentra en una colina a una altitud de aproximadamente 2.500 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo una vista estratégica del valle circundante.

Características Clave del Pucará de Tilcara:
Importancia Histórica:

El Pucará de Tilcara fue construido por el pueblo omaguaca, que habitó la región antes de la llegada del Imperio Inca. El sitio data del siglo XII, siendo un ejemplo importante de la arquitectura y cultura precolombinas en la región.
Ubicación Estratégica:

La fortificación está situada en la cima de una colina, proporcionando una vista panorámica de la Quebrada de Humahuaca. Esta posición estratégica permitía a los habitantes monitorear y controlar las rutas comerciales y defenderse de posibles invasores.
Características Arquitectónicas:

El sitio incluye varias estructuras como viviendas, espacios ceremoniales, áreas de almacenamiento y murallas defensivas. Los edificios están hechos de piedra y demuestran técnicas de construcción sofisticadas.
Importancia Cultural:

El Pucará de Tilcara es un testimonio de la ingeniosidad y resistencia del pueblo omaguaca. También proporciona valiosas perspectivas sobre las prácticas sociales, económicas y religiosas de las civilizaciones preincaicas de la región.
Turismo y Conservación:

Hoy en día, el Pucará de Tilcara es un destino turístico popular. Se han hecho esfuerzos para preservar el sitio, y forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en la Quebrada de Humahuaca. Los visitantes pueden explorar las ruinas, disfrutar de vistas panorámicas y aprender sobre la historia y cultura de los pueblos indígenas a través de visitas guiadas y un museo arqueológico cercano.
Visitar el Pucará de Tilcara:
Cómo Llegar:

El sitio es fácilmente accesible desde el pueblo de Tilcara, que se encuentra aproximadamente a 80 kilómetros al norte de San Salvador de Jujuy, la capital de la provincia de Jujuy. Hay transporte público y tours organizados disponibles desde las principales ciudades de la región.


Se accede luego de cruzar un típico puente de rieles de acero y trepar hacia las alturas. Es uno de los cuatro pueblos fortificados que los habitantes primitivos de la Quebrada de Humahuaca edificaron sobre sendos morros situados en el lecho del río Grande El Pucará de Tilcara es una fortaleza construida por los tilcaras, una parcialidad de los omaguacas, en un punto estratégico sobre la Quebrada de Humahuaca, en la Provincia de Jujuy, República Argentina. Se encuentra al sur de la ciudad de Tilcara, sobre un morro, a 80 m de altura sobre el Río Grande, que allí corre a 2.450 msnm. Fue un lugar ideal para defenderse de los ataques; dominaba el cruce de los dos únicos caminos del lugar y por un lado la defienden los acantilados sobre el Río Grande y por el otro las ásperas laderas. En los faldeos más accesibles construyeron altas murallas. Es una de las más importantes y conocidas de las antiguas poblaciones prehispánicas de la región Humahuaca. Tiene una extensión de 8 a 15 hectáreas y aproximadamente 900 años de antigüedad. En el pucará se identifican varios barrios de viviendas, corrales, una necrópolis y un lugar para ceremonias sagradas, entre otros espacios. Fue descubierto por el etnógrafo Juan Bautista Ambrosetti en una de sus investigaciones arqueológicas en la zona del noroeste argentino en 1908, en compañía de su discípulo, luego continuador de su obra Salvador Debenedetti. Durante los veranos de los tres años siguientes exploraron el Pucará y extrajeron unas tres mil piezas. Estos materiales y sus observaciones permitieron formarse una idea de como era la vida de sus habitantes antes de la llegada de los españoles.

Hacia 1911 Debenedetti tuvo la ocurrencia de restaurar las ruinas. Con la aprobación de Ambrosetti (quien era Director del Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires) se procedió a limpiar el terreno en una extensión de unos 2.000 m2 y levantar las paredes hasta una altura de poco más de un metro.







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